Por Claudio Fantini. Quizá nunca se sepa con exactitud la magnitud de los daños causados por el...
Mientras se debate en el Congreso cómo deberían actualizarse las jubilaciones y pensiones, el...
Por Juan Turello. El duro ajuste de Javier Milei incluye a muy pocos ganadores, aunque en las...
El Grupo Autocity concretó en los últimos meses dos hechos que ratifican su liderazgo en la...
Domingo Cavallo está en Córdoba, donde dice que "estudia" y se reúne con amigos, a muchos de los...
En los últimos días Google ha utilizado sus famosos Doodles, con una serie de juegos vinculados a...
Durante un acto realizado en la sede de la Fundación OSDE, en la ciudad de Córdoba, realizamos la...
El domingo pasado, desde la cuenta @Pontifex_es, se publicó el primer tuit del papa Francisco,...
El duro ataque del empresario Jorge Petrone, dueño de Gama (una de las mayores desarrollistas de...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Héctor Cometto. Julio Grondona y sus amigos fueron al bar de siempre en Sarandí, y ese día no los dejaron entrar. Se enemistaron con el dueño y decidieron armar un club. Así nació Arsenal en 1957, con los colores combinados de Racing e Independiente.
Arsenal acaba de ganar la Copa Argentina, con el enorme peso o prejuicio general de ser «el equipo de Grondona», o sea, el caballo del comisario.
Es que el hombre maneja todo y su influencia es decisiva. Es uno de los pocos que ascendió y no bajó nunca, que en 120 partidos en 2005 le expulsaron 7 jugadores, mientras que a Olimpo, 31, y a River, 22, en el mismo período. Todavía es recordado el arbitraje del paraguayo Grancé en la final de ida con América, que le valieron a Mariano Closs -por sus críticas- no poder transmitir el partido final en la cancha de Racing.
Eso sí: al César lo que es del César. Gustavo Alfaro, su excelente técnico, definía las virtudes del hoy quintuple campeón: “A veces, lamentablemente tenés que ser mezquino, entre comillas, porque no podés exponer tus debilidades. Lo que no puedo hacer no lo tengo que mostrar. La manera de ser fuertes es llevar a los demás al terreno en el que yo puedo ser fuerte. Uno termina siendo un técnico y un equipo pragmático porque tiene que optimizar sus recursos”.
Todo dicho. Los partidos se ganan en el verde césped. Si es con humildad, corazón y espíritu de equipo, en la Argentina se puede, más allá del prejuicio.