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Por Juan Turello. La euforia mundialista ayudó a disimular una degradación en las condiciones de vida a partir de una fuerte caída en la producción industrial, la construcción y el comercio, señala mi nota dominical en La Voz del Interior.
❝Hay inquilinos que están pagando en ‘cuotas’ el alquiler, algo el día 10 y el resto a mediados de mes”, confiesa uno de los principales operadores en Córdoba. ¿La razón? Las suspensiones o la pérdida del trabajo por parte de uno de los miembros del grupo familiar.
Los diferentes actores sugieren que el Estado –en sus diferentes niveles- podría bajar la presión tributaria, insoportable para una época de vacas flacas. En junio, uno de los impuestos que más aportó fue Ganancias (34% más) por la no aplicación del ajuste por inflación en los balances y los anticipos a los que obliga la Afip. Algo similar sucede con Bienes Personales.
Más allá del fútbol: sectores que pagan en “cuotas” el alquiler; mora en las expensas; el comercio cayó 10% en junio.
Financistas y hombres de negocios esperen que la administración de Cristina Kirchner acuerde con los holdouts, aunque la vía más rápida parece ser tirarle la pelota -vía bonos de la deuda- al Gobierno que llegará en 2016.
Luego vendrá el desafío de financiar el déficit que no para de crecer: sería de 170 mil millones este año, según calcula Ramiro Sosa Navarro (Bolsa de Córdoba). Las posibilidades para financiarlo son subir impuestos (inviable políticamente), emitir (inflación o menos actividad por el alza de las tasas para esterilizarlo) o endeudamiento, que dependerá de la solución a los fondos buitre.
Rebajar el gasto no figura en los planes del kirchnerismo, aunque tampoco sería aconsejable en una economía que entró en recesión (0,5% en el último trimestre de 2013 y 0,8% en el primero de 2014).
Los goles no logran ocultar los graves problemas que tiene la economía argentina.■