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Por Sergio Mabres. Los sitios web dedicados al comercio electrónico (ecommerce), o marketplaces, que ofrecen habitualmente artículos de electrónica de China, libros de España, ropa baratísima, calzado, spinners y otros productos quieren entrar en el segmento de los alimentos y bebidas.
Los inconvenientes principales para esta expansión son dos:
El primero, se resuelve fácilmente bajando los precios; el segundo es más complicado.
Amazon, el líder mundial en comercio electrónico, compró la cadena de supermercados premium Whole Foods Markets por 13.700 millones de dólares. El referente del ecommerce mundial espera que esta compra le provea de una cadena de establecimientos distribuidos en todo Estados Unidos.
A partir de esta nueva adquisición, Amazon podrá estrechar la relación que tiene con sus clientes y, por sobre todas las cosas, obtener el conocimiento (know how) de la cadena en la distribución, venta de alimentos y productos refrigerados.
La sinergia de esta compra es muy buena. Por ejemplo, en las puntas de góndolas podrían encontrarse a los parlantes inteligentes Echo esperando que la gente los ponga en el chango en una típica compra impulsiva. Los clientes de Amazon Premium podrían tener descuentos especiales y además la empresa podría implementar Amazon Pay en todos los locales, dándole un empujón importante sobre otros medios de pago y micro-pago electrónicos.
Que obtendrían los clientes: una baja en los precios de venta, ya que el nivel de automatismo de Amazon permitiría reducir los márgenes altos que este sector está acostumbrado a utilizar.
En Argentina las experiencias en ventas on-line de comestibles y bebidas son pobres. Los supermercados que quisieron traspasar la barrera y llegar a la pantalla de la computadora se encontraron con inversiones que no han logrado capitalizar.
Por el otro lado del espectro, los intentos del comercio electrónico de vender comestibles y bebidas en Argentina son incipientes. En el portal del referente local del ecommerce, Mercado Libre, se encuentran algunas ofertas pero se agotan en productos envasados de larga duración (que no necesitan refrigeración), como la leche en polvo.
Para concluir, es más probable que los sitios de comercio electrónico avancen lentamente con la comercialización de alimentos (a través de alianzas o compras de jugadores del sector) que los supermercados logren seducir a los usuarios con sus sitios de venta por Internet.