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Por Juan Turello. “Es lo que hay”, se suele decir para justificar una situación laboral o en la economía. Lo mismo podría decirse con lo que sucede con la actividad económica.
El Gobierno ya se resignó a que la recuperación de la economía no sea el eje exclusivo de la campaña electoral, como se preveía. Más bien ése será el latiguillo que usará la oposición para las primarias del 13 de agosto y la elección legislativa del 22 de octubre. Repasemos.
Días atrás, el ministro de Economía en la práctica (Hacienda es su título), Nicolás Dujovne, admitió en el programa de Los Leuco que “la economía no será el eje de la oferta electoral del Gobierno”, que incluirá otras referencias, como “la recuperación democrática de las instituciones, la salida del default y el regreso al mundo”.
En verdad, los datos de la economía no son para entusiasmar a los votantes. Más bien, los que apoyaron a Mauricio Macri seguirán haciéndolo como un rechazo al kirchnerismo y, en especial a la figura de Cristina Kirchner, como lo muestran las encuestas.
La inflación sigue alta, pese a que Dujovne aseguró que en los próximos meses estará por debajo del uno por ciento. El trabajo se recuperó en el sector público en la construcción, pero poco en la industria.
Los brotes verdes asoman –por ahora- sólo en el campo y en la construcción. El consumo es “light”, con una recuperación tibia.
El crecimiento para este año estará algo por encima del 2%. Apenas para cubrir el crecimiento poblacional, sin recuperar la pérdida de 2,1% registrada en 2016.
La recuperación puede sufrir otro golpe si Brasil no logra encaminar la fuerte crisis político-económica que sufre.
Sin una recuperación de la economía, la corrupción puede pesar en las elecciones. La sociedad buscará a quién culpar de la caída del bienestar.
La administración pretende incluir la economía dentro de una oferta electoral más amplia. Pero la oposición le pagará en ese flanco. Ya Cristina Kirchner lanzó la frase “volvió el hambre a la Argentina”.
Sergio Massa propuso que “la opción no sea entre un Gobierno para ricos y un gobierno de ladrones”.
Si la economía tiene una mejora “light”, es posible que pesen otros factores. Entre ellos, la corrupción que es el objetivo al que suele acudir la clase media para castigar a los gobernantes cuando cae el bienestar.
¿Cuál será, en definitiva, el factor que tendrán en cuenta los argentinos a la hora de emitir su voto?