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El intempestivo #ParoUTA demostró ayer que el sistema de transporte público de pasajeros sigue siendo una asignatura pendiente (o dolor de cabeza) para las futuras autoridades de la Municipalidad de Córdoba.
Un gremio combativo, empresarios que casi todos los meses originan un conflicto por «errores» en la liquidación de sueldos y un esquema que no conforma definitivamente a los usuarios –aunque haya mejora en las frecuencias y en las unidades- demuestran que el sistema en sí, todavía tiene grandes desafíos por delante.
Nada de #BuenMiercoles! #AlaMiercolesConElParo … ➡ http://t.co/yUVfmj5rCN Qué sentís? [↓] pic.twitter.com/IZen2PCfrO
— Sebastián Turello (@SebaTurello) agosto 5, 2015
El reclamo de la UTA generó fuertes reacciones ante los medios de comunicación y en las redes sociales, en especial porque buena parte del sector privado aún no percibió sus haberes.
El intendente Ramón Mestre resideñó el sistema en marzo de 2014 con cambios que no fueron definitivos, ya que muchos recorridos debieron adecuarse a la real demanda de los pasajeros. Ahora, prometió que habrá 300 nuevas unidades, si es reelegido al frente del Palacio 6 de Julio.
Sin embargo, las empresas Ersa y Autobuses Santa Fe son objetos -en forma permanente- de reclamos por parte de los choferes para que pongan más unidades en circulación y retiren las que tienen problemas mecánicos.
Ante cualquier pequeño problema en la liquidación de haberes o en la modificación por horas del cronograma de pagos, la UTA lanza paros sorpresivos e, incluso, ilegales, como el del miércoles. Incluso, había amenazado con continuar el paro este jueves ante la amenaza de despidos por parte de las empresas. No obstante, ni la autoridad laboral ni la Justicia han tomado decisiones firmes contra un sindicato que, por otra parte, carece del apoyo de la conducción nacional en sus tácticas gremiales.
Los que han sido parte del problema del transporte en la ciudad de Córdoba, desde la gestión de Germán Kammerath (1999-2003) en adelante (Olga Riutort fue una de sus principales espadas en la primera etapa de gobierno), pasando por las de Luis Juez (2003-2007) y Daniel Giacomino (2007-2011), vuelven a presentarse a las elecciones del 13 de septiembre próximo.
La sociedad está harta con la calidad del servicio y los paros sorpresa; la autoridad municipal aparece como impotente para controlar a la UTA y a los empresarios que siempre se equivocan en las liquidaciones de sueldos, y la autoridad laboral y la Justicia no hallan el remedio para esta asignatura pendiente.
Mestre exhibía este tema como uno de sus principales caballitos de batalla, junto a las obras de desagües y cloacas. Por el lado negativo, aparecen el estado de las calles, un tránsito caótico y la falta de iluminación en los barrios. La segunda ciudad del país aún no logró el desarrollo que espera.
El Grupo de las 6 (G-6) entidades empresarias de Córdoba cuestionó con dureza la actitud de la UTA de no acatar las resoluciones administrativas ni judiciales. «Son inadmisibles los métodos de reclamo y protesta extorsiva que toman de rehén a buena parte de la población y ponen en riesgo la paz social de los vecinos», señaló.