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Por Eugenio Gimeno Balaguer. Una gran cantidad de personas dedican sus vidas a subir “escaleras”, pero hay que recordar que la eficiencia consiste en hacer más cosas en menos tiempo -subir rápidamente- como una forma de aprovechar mejor los recursos.
Tiene sentido. Hacemos más cosas. Reducimos e, incluso, eliminamos la pérdida de tiempo. Nos perfeccionamos, adquirimos velocidad y aprendemos a subir cada vez más rápido, con mayor agilidad y menos desgaste energético. El aumento en la productividad es la meta. La eficiencia tiene sentido. Podemos aprender a subir las escaleras, más alto y en menos tiempo.
Pero existe una trampa mortal en la eficiencia y no todos reparan en ella. ¿Para qué estamos subiendo? ¿Por qué ésta escalera? ¿Hacia donde nos conduce? ¿Donde está apoyada la escalera? ¿Estamos subiendo el muro correcto?
Existe una diferencia vital entre eficiencia y efectividad. La efectividad trata sobre «el muro correcto«, la escalera correcta, el tiempo correcto y la manera correcta.
Uno puede subir las escaleras mientras disfruta de la perspectiva de la altura, conversando con amigos, colaborando con otros, ayudando a otros a subir. Sabiendo que es el muro correcto, está seguro que obtendrá su recompensa y en su ascenso disfrutará de su propia seguridad, sin ansiedad ni contradicciones.
Cada cosa que iniciamos es como subir una escalera. Una gran cantidad de personas dedican sus vidas a subir escaleras rápidamente, sólo para llegar a lo más alto y darse cuenta… que era el muro equivocado.■