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Hugo Moyano asumió su tercer período al frente de la central obrera y lanzó el desafío: la CGT elaborará un índice de precios, tendrá un «Indec propio», si se quiere.
Pero, ¿qué indicador tomará la sociedad como referencia? Está el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec que midió 0,6% en junio, con una suba de 9,9% en los últimos 12 meses; la “inflación Congreso” (institutos privados) registró 1,63% y 23,96%, y la provincia de San Luis dio O,6% (mayo, último dato) y 24,2%.
Tener una medición creíble en materia de alimentos es un tema aún más grave: la Canasta Alimentaria Nutricional del CPCE de Córdoba subió 28,8% en mayo (últimos 12 meses) y el Índice de Precios Barrial (IPB) del Cippes trepó 38,4%.
Sin un índice creíble, es difícil proyectar la economía de un país. Nadie sabe si el aumento de su sueldo le alcanzará; si tal negocio será rentable o dará pérdida, y si ganará o perderá con una inversión financiera.