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  • La ambigüedad de Massa y el cambio de Alberto

    Publicado: 02/06/2019 // Comentarios: 0

    Por Claudio Fantini. Incluso en un escenario volátil, en el que la traición a la palabra es la regla, y la coherencia con lo afirmado es la excepción, hay puntos de los cuales no hay retorno. Esto podría estar sucediendo con Sergio Massa, Cristina Fernández y Alberto Fernández.

    Después de tanto tiempo promoviendo una tercera vía ajena al macrismo y al kirchnerismo, Massa llegó a un punto del que no hay retorno sin que su credibilidad quede absolutamente destrozada. Igual, la de Alberto Fernández después de tanto atacar a Cristina Fernández, y también de ésta después de denostar tanto a Alberto Fernández, hoy su candidato presidencial.

     

    Massa coquetea con Alberto Fernández para sumarse a la fórmula kirchnerista | Foto: cadena3.com

    Una vez, John Maynard Keynes sostuvo una tesis inversa a la que había sostenido hasta entonces. Alguien se lo reprochó, preguntándole por qué ahora explicaba lo inverso a lo anterior, y el economista británico respondió: “Porque me di cuenta de que estaba equivocado y cambié de posición ¿Qué es lo que usted hace al advertir que ha cometido un error?”

    Igual que en el caso de Keynes, en política es sano admitir un error y cambiar de posición. Pero para que ese cambio no sea una treta inescrupulosa y oportunista, debe anteceder la admisión del error y la explicación del cambio de postura.

    De muchas peleas y cuestionamientos hay retorno. Pero de la pelea y los cuestionamientos que se hicieron mutuamente Alberto y Cristina, no lo hay.

    En la política argentina, la palabra es una eterna traicionada. Con impudicia, quienes ayer decían “blanco”, hoy dicen “negro”, sin admitir siquiera, como hizo Keynes, que estaban equivocados.

    Sergio Massa es un traidor serial de su palabra y, en estos días, lo está haciendo una vez más. Del autor de la “ancha avenida del medio”, ahora llega “tenemos que crear una única coalición opositora”.

    Lo dice como si una única coalición opositora no contradijera su posición anterior. “La ancha avenida del medio” implica la existencia de dos veredas opuestas. Transitar entre ambas significa rechazar a las dos.

    Massa explicó mil veces que el rumbo correcto no podía ser recorrido ni con Mauricio Macri ni con Cristina Fernández y que ambos liderazgos representaban las actitudes y posiciones que era, imprescindible superar.

    En síntesis, el ex intendente de Tigre fue el primer impulsor de la “tercera vía”, que no está referida a la alternativa entre el conservadurismo thatcheriano y el laborismo estatista que planteó Anthony Guidens, lo que permitió la llegada al gobierno británico de Tony Blair. En el caso de la Argentina, implicaba un movimiento político que no tuviera nada que ver con las dirigencias macrista y kirchnerista.

    En las últimas semanas, el discurso de Sergio Massa comenzó a volverse ambiguo. Resulta difícil saber de qué lado está.

    Tanto esfuerzo para ocultar sus verdaderas intenciones ni siquiera logra el objetivo, porque resulta obvio que Massa especula hasta el último segundo para confirmar si se queda dónde estaba o salta a dónde más le convenga electoralmente.

    Por cierto, el oportunismo y el travestismo político no es patrimonio de Massa. Pero el líder del Frente Renovador es uno de sus más notables exponentes.

    Cristina Fernández y Alberto Fernández pasaron de compartir un gobierno, criticarse mutuamente y ser nuevos aliados | Foto: archivo Turello.com.ar

    Otro salto político realizado con descaro es el de Alberto Fernández para subirse a la nave kirchnerista. Que los dirigentes que estuvieron distanciados y se criticaron mutuamente, de repente se acerquen y superen antagonismos, es algo políticamente sano. Pero si esos dirigentes intercambiaron acusaciones y descalificaciones brutales, entonces alcanzaron un punto del que no hay retorno.

    No son el único caso. Elisa Carrió no debió aliarse con Macri sin antes explicar todas las gravísimas acusaciones que le hizo en el pasado cercano. Sin embargo, pasó en un santiamén de difamarlo a idolatrarlo.

    Del mismo modo, que Cristina Fernández y Alberto Fernández hayan terminado en la misma fórmula, prueba la poca credibilidad que debe atribuirse a lo que dicen cuando afirman, niegan, prometen, atacan o bendicen.

    Politólogo y periodista. Analista político en medios argentinos y del exterior. Profesor y mentor de Ciencia Política en la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES21). Autor de varios libros, el último de los cuales es la La Gravedad del Silencio.

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