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Por Claudio Fantini. Angela Merkel logró en las urnas un triunfo histórico, pero con una paradoja incluida. Nadie se había acercado tanto a los porcentajes de Konrad Adenauer pero la histórica derrota de los liberales obligará a Merkel a una coalición no tradicional.
Los alemanes votaron masivamente el domingo último a la conservadora Unión Cristiano-Demócrata (CDU), pero sus tradicionales socios de coalición -los liberales-, sufrieron una debacle insólita, perdiendo todos sus escaños en el Bundestag (Parlamento alemán).
De tal modo, al no poder gobernar en soledad, algo que sólo pudo Adenauer en la década de 1950, Merkel queda obligada a una coalición no tradicional.
Las posibilidades
1 Es la que los alemanes llaman Grosse Coalition (Gran Coalición), en la que se asocian los dos tradiciones adversarios de centroderecha y centroizquierda, o sea la CDU y el SPD (Partido Socialdemócrata).
● Este experimento político funcionó por primera vez entre 1963 y 1966, liderado por el conservador Kurt Kiesinger y el socialdemócrata Willy Brandt. Mientras que el segundo y último antecedente es el que encabezó la propia Merkel entre 2005 y 2009. Precisamente, es porque tras esa coalición gubernamental el viejo partido de la centro-izquierda alemana sufrió la peor derrota electoral de su historia, es que hoy está reacio a repetir la experiencia.
2 Alemania estaría, entonces, en la antesala de un experimento político inédito: una coalición gubernamental entre los conservadores y el partido Die Linke (Partido Verde). Si bien esa agrupación que significa «La Izquierda», es más grande que el partido de los ecologistas, la radicalización de sus posiciones tornan remota la posibilidad de que Merkel la quiera de socio en el gobierno. Por eso es posible una coalición con los verdes, que desde los tiempos de Joschka Fischer integraron gobiernos encabezados por el SPD.
● Si así ocurre, Alemania tendrá un gobierno tan políticamente novedoso como el que tiene actualmente Gran Bretaña, donde el único gobierno de coalición de su historia contemporánea fue el que encabezó el conservador Winston Churchill con el apoyo del archirrival de los torys ( Partido laborista). Hoy, en cambio, tiene un gobierno donde los conservadores conviven con el Partido Liberal Demócrata, que siempre estuvo a la izquierda de los laboristas.
¿Podrá Angela Dorothea Merkel gobernar asociada con el partido que está a la izquierda de los socialdemócratas? Es la pregunta que se desprende del imponente, pero paradójico triunfo de la canciller alemana. ■