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La primera audiencia del papa Francisco con un jefe de Estado fue con Cristina Kirchner, con quien se prodigaron buenos gestos de entendimiento. Sin embargo, el pedido central de la Presidenta –su «intermediación» en el conflicto de Malvinas– fue rápidamente rechazado…
… por Gran Bretaña, a través de un vocero de la cancillería, quien señaló: «La Santa Sede es clara en considerar que la cuestión de las islas Falkland (Malvinas) es de índole bilateral entre naciones soberanas y que no tiene un papel que desempeñar. No esperamos que cambie esa posición», recalcó sobre la posición inglesa. El lunes 18 concluyó en las Islas Malvinas un referéndum convocado por la autoridad local que, según dijo, expresó la voluntad del 99,8% de sus habitantes de pertenecer al Reino Unido.
Hasta ahora, los gestos del gobierno argentino de pedir un diálogo bilateral para solucionar el conflicto luego de la guerra de 1982, como han insistido numerosas resoluciones de la ONU, no encontraron eco en las autoridades inglesas.
Por otra parte, la audiencia de Cristina Kirchner (@CFKArgentina) con el Pontífice (@Pontifex_es) sirvió para dejar atrás el duro trato que la Presidenta le había dispensado al ex cardenal argentino como arzobispo de Buenos Aires (no asistía al tradicional Tedéum de los días patrios) y como titular de la Conferencia Episcopal (no atendía sus pedidos de audiencia).
La Presidenta intenta capitalizar la imagen positiva que generó en la Argentina la designación de Bergoglio como Papa. Sin embargo, no todos sus seguidores están alineados con esa postura. Desde el frente de los derechos humanos, voceros como Horacio Verbitsky y Estela de Carlotto, insisten en cuestionar el rol del flamante Papa durante la dictadura. Incluso, con la anuencia de ciertos sectores de la Iglesia, intentaron hacer circular un informe falso previo al cónclave, que no tuvo éxito. Aquella postura, por lo demás, ha sido rechazada por figuras como Adolfo Pérez Esquivel, Julio César Strassera y Graciela Fernández Meijide, entre otras.
Por otra parte, Carta Abierta, la agrupación de intelectuales K, mantiene sus críticas a la decisión presidencial de acercarse al nuevo Papa, al considerar el acercamiento como «inútil y criticable», según dijo Horacio González, titular de la Biblioteca Nacional y uno de los referentes del grupo.