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Por Eugenio Gimeno Balaguer. Si pensamos en todo lo que nos falta y en los recursos limitados que tenemos es fácil desalentarse. Entrar en discusiones, desacuerdos y por allí, utopías, enunciados que suenan imposibles. En esos momentos me gusta compartir una antigua anécdota del siglo XVII. Se le atribuye a Jean-Bautiste Colbert quien era el ministro del histórico rey de Francia Luis XIV.
El busto de Jean-Baptiste Colbert esculpido por Antoine Coysevox, con el bosque de las Landas de Gascuña de fondo | Ilustración: edición digital en base a imágenes de Wikipedia y Espace Blue Ocean.
Por ese entonces era probable que Francia entrara en guerra naval Inglaterra. Esta última, tenía una creciente potencia marítima y la flota francesa no estaba a la altura. Colbert, a cargo de la infraestructura, canales, rutas y la construcción naval entre otras cosas, llamó a los capitanes de los barcos para realizar un relevamiento y diagnóstico. La conclusión fue que a Francia le faltaban barcos para hacer frente a un eventual conflicto, pero lo que era más grave, no existían suficientes encinas para fabricar mástiles si se decidía dotar de nuevas unidades a la flota.
Al día siguiente, Colbert reunió a los guardabosques reales y les pidió que plantasen un bosque a lo cual ellos contestaron: “pero Señor harán falta cien años para que las encinas sean lo suficientemente grandes como para hacer mástiles con ellas”. Ah!!!! –dijo Colbert- en ese caso… ¡Habrá que empezar ahora mismo!
Y así se plantó el bosque de Las Landas que llegó a tener más de un millón de hectáreas.
Ante la decisión y la acción de una clara conducción no hay nada imposible.