El atroz avance de la violencia política

Publicado: 26/08/2015 // Comentarios: 0

Por Claudio Fantini. La violencia política está avanzando en la Argentina, ante una fría hipocresía kirchnerista, una pavorosa impotencia de la oposición y una deplorable apatía de la sociedad. En un país con anticuerpos contra la violencia política, se habría escuchado un resonante repudio a la presidenta Cristina Kirchner, quien minimizó el asesinato del joven militante radical jujeño, ante el silencio bochornoso de la propia militancia juvenil del oficialismo.

Familiares desmintieron a CFK. Ariel Velázquez, el joven asesinado en Jujuy, era radical | Foto: Primicias Corrientes.

Hay errores políticos que debieran costar muy caro, por ejemplo mentir sobre la militancia del fallecido Ariel Velázquez en el movimiento de Milagro Sala, siendo un activo miembro de la Juventud Radical. Velázquez fue baleado mientras hacía campaña por Cambiemos, lo que prueba el carácter feudal del poderío creado por la activista jujeña, con la financiación del Gobierno nacional.

Para Cristina, militantes son los propios, no los de oposición. Según la Presidenta, juventud politizada es la que llena los patios de la Casa Rosada para idolatrarla, no la que reparte panfletos por los candidatos de la UCR y del PRO.

A Néstor Kirchner lo atormentaban los asesinatos políticos, pero su viuda los toma con liviandad para lanzarlos contra la oposición, y guarda un silencio brutal cuando la propia madre de la víctima, además de fotos y de otros muchos testimonios, la desmiente.

La muerte del joven radical jujeño también descubre el velo de hipocresía de la juventud kirchnerista, que debió manifestar su repudió con la misma energía que usa para alabar a la Presidenta en la Casa Rosada o bailar con Fito Páez en los actos de la Plaza de Mayo.

Tucumán, Jujuy y Formosa muestran que la violencia política está entrando por el norte❞.

También es aturdidor el silencio de la legión de artistas, periodistas e intelectuales que siempre elogian la militancia juvenil. Ahora, queda claro que la militancia juvenil que elogian es la kirchnerista. La otra, hasta merece ser baleada. Pero la muerte del joven jujeño no sólo puso en evidencia la hipocresía oficialista. También mostró la impotencia radical y de sus socios, a la hora de movilizar gente.

Si la Juventud Radical fuese lo que alguna vez fue, en las principales ciudades del país habría multitudes presionando el esclarecimiento de un crimen que, seguramente, quedará en la oscuridad. Pero la dirigencia radical no puede movilizar nada, o tiene tan poco para movilizar que mejor es no mostrarlo. Mientras que la juventud del PRO, que también debiera movilizarse, demuestra que no está en las calles, sino en los salones donde Macri baila entre globos después de cada elección.

La impotencia opositora se ve también, junto a la violencia política, en los comicios de Tucumán, y en la descarga de violencia verbal que se abatió sobre “el Apache” Tévez desde el gobierno kirchnerista de Formosa, por haber dicho algo que está a la vista: la miseria y la desigualdad.

Tucumán, Jujuy y Formosa muestran que la violencia política está entrando por el norte. Y la hipocresía oficialista, la impotencia opositora y la apatía de la sociedad, le abren paso en todo el país.

Politólogo y periodista. Analista político en medios argentinos y del exterior. Profesor y mentor de Ciencia Política en la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES21). Autor de varios libros, el último de los cuales es la La Gravedad del Silencio.

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