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Por Sergio Mabres. En los países desarrollados los teléfonos aumentan sus tamaños y precios. En la Argentina también, pero son más caros (por cargas impositivas, logística y devaluación) y los sueldos de los usuarios crecen a menor ritmo. En consecuencia, se coquetea con mejores smartphones, pero se termina comprado los más económicos.
Pensando en el mercado que significan los países emergentes para los fabricantes de teléfonos, es habitual que cada línea tenga su modelo económico con precios más accesibles y esquemas de financiación (a través de las cuotas sin interés) que faciliten el acceso a esta tecnología. En este sentido, las empresas de telefonía móvil empujan con las promos de los planes y, en menor medida, con la venta de teléfonos básicos (los que usábamos antes: sin touch, ni Android, ni IOS). Actualmente ofrecen el: Samsung E3300, Nokia 208, LG C195, Alcatel OT282.
Ahora, me pregunto: ¿Qué le voy a comprar a mi madre cuando se le rompa el Nokia 1100?
Por suerte, hay esperanza para los que tenemos un presupuesto restringido. Existen teléfonos LG y Alcatel de bajo costo, pero con poca memoria. Una sugerencia: si adquieren alguno de estos equipos, sean muy cuidadosos al instalar aplicaciones ya que se saturan rápidamente y el teléfono se vuelve lento e inmanejable.
Otra alternativa son los teléfonos Nokia de la línea Asha (503), son teléfonos touch muy sólidos, que tienen un sistema operativo estable pero algo viejo (Symbian), con pocas aplicaciones para descargar. Una propuesta mejor son los modelos económicos de los teléfonos de primera línea:
De los anteriores, por precio se destaca el Nokia Lumia 530 -el primer teléfono de la era Microsoft-, cuyo valor es de 115 dólares sin subsidios e impuestos. Además, posee elementos de gama alta como el centro de acción, fondos de pantalla de inicio personalizables y la asistente personal de Microsoft ‘Cortana’.
Por lo general en los teléfonos económicos la diferencia está dada, además del precio, por el hardware (diseño, equipo) y no tanto por el software, ya que utilizan prácticamente las mismas aplicaciones. En este punto, cabe destacar que la experiencia de un usuario mobile se compone en un 80% por las aplicaciones y en un 20% por la duración de la batería.
En fin, por estos lares, el bolsillo manda e impone compras inteligentes de teléfonos inteligentes.■
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