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Por Eugenio Gimeno Balaguer. Las personas tienen futuro; los animales tienen porvenir, que es inexorable. El futuro lo podemos construir. Poner las cosas en movimiento es compartir las preguntas antes de dar las respuestas; es aceptar la incertidumbre y apostar al ser humano.
Calidad total, política de puertas abiertas, dirección por objetivos y pensamiento estratégico; algunas de las llaves para constuir un futuro mejor | Imagen: Las Cartas de Magie.
Lo que en management llamamos Dirección por Objetivos se opone a la Dirección por Directivas, en cuanto ofrece la oportunidad de la libertad y la contribución individual. Sin embargo, también impone a cada uno la obligación de ejercitar la iniciativa, el entusiasmo, detectar alternativas, cumplir objetivos y satisfacer necesidades de la gente.
Los partidos políticos tendrían que incorporar, como algunas empresas lo hacen respecto a sus clientes, lo que llamamos política de puertas abiertas para compartir sentimientos y frustraciones de modo constructivo; tener un mejor entendimiento de las alternativas posibles; discutir las opciones de crecimiento y de comportamiento de los dirigentes y de todos los ciudadanos; de algún modo mejorar la comunicación entre propios y ajenos.
Todos queremos la calidad, pero nos falta ese compromiso con la calidad total que algunas organizaciones tienen, en las que la interacción, la comprensión y aceptación es el principal signo de la madurez de la organización como sistema humano.
El pensamiento estratégico es iniciativa, emprendimiento, fuerza e imaginación, lo creativo, lo que genera la chispa del progreso, de la supervivencia, del desarrollo.
Lo que en muchos casos no se percibe por ser una idea tan central que se pierde desde las “visiones- túnel” de cualquier parcialidad.
La característica de nuestro tiempo es el entrelazamiento cada vez mayor y más intrincado de todos los escenarios. La turbulencia del entorno es la que fija la velocidad necesaria.
La tradición intelectual para la solución de problemas es particionarlos en la mayor cantidad de subproblemas, pero no logra comprender el emergente sistémico que opera desde dos pares de ideas: emergencia y jerarquía, por un lado, y comunicación y control, por el otro.
Es tiempo de que los dirigentes piensen y actúen para que el futuro no sea solo porvenir.■
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