Llueve, llueve mucho en Córdoba, para lo que estábamos acostumbrados (al menos en comparación con el año anterior). El exceso de lluvias, ¿pone en peligro la cosecha de granos gruesos en la que están puestas las expectativas de millones de productores y de las autoridades argentinas?
Todavía es temprano para un diagnóstico definitivo, pero el tema ya comenzó a inquietar a los productores cordobeses, en especial a los del arco este-sudeste de la provincia, y también a los de Buenos Aires y Santa Fe, las tres áreas núcleo para la cosecha de granos gruesos (soja y maíz, básicamente). En el sudeste cordobés, las napas ya están a poca profundidad. En el resto de la provincia, no.
Con la experiencia de años de campo, Néstor Roulet (en Twitter: @NestorRoulet), ex presidente de CARTEZ, advierte que en un fenómeno Niño, los suelos de composición arcillosa de Buenos Aires y Santa Fe tendrán mayores problemas que los de Córdoba, de una composición arenosa. «Entre Ríos, caracterizado por su tierra negra, llevará la peor parte», asegura.
A nivel de los institutos de economía, el IARAF (dirigido por Nadin Aragañaraz), señaló que en la actual campaña se podría alcanzar el récord de producción de soja: 55 millones de toneladas (otras previsiones hablan de una recolección de sólo entre 50 y 53 millones).
El valor bruto de la producción sería de unos 27.610 millones de dólares, 5.521 millones más que en la última campaña. El Gobierno podría recaudar 8.214 millones de dólares por derechos de exportación a la soja. «Pero -advierte el IARAF- por cada millón de toneladas menos de producción sojera, se perderían 427 millones de agrodólares en concepto de retenciones a las exportaciones». Una buena campaña permitiría aliviar las cuentas públicas (Nación, provincias y municipios) e impulsar la actividad económica.
Por otra parte, Roulet calculó que por la menor producción de trigo (un millón de toneladas en relación a dos años atrás), “el país perderá ingresos por 1.400 millones de dólares con respecto al año pasado”.