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El pasado Día de la Madre sirvió para valorizar, una vez más, la tarea y el ejemplo de una de las principales figuras de la familia en la Argentina. Más aún cuando se trata de «Madres de la adversidad»; es decir, de aquellas que asumieron un compromiso público para defender valores y actitudes ante la sociedad.
El programa televisivo Los Turello entrevistó a Soledad Laciar, la mamá de Blas Correas, quien fue asesinado por la Policía de una forma alevosa e injustificada, y a Fernanda Zárate y a María Élida Caro, presidenta de la Fundación Corazón de Mujer, para conocer sus testimonios sobre las luchas que llevan adelante.
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Soledad Laciar habla de forma pausada, como tratando de encontrar las mejores palabras que reflejen el dolor que aún siente por la pérdida de su hijos. «Es una mochila, que si bien la decidí llevar yo, cuesta, porque el dolor va con una», comenta sobre su tarea diaria.
Reconoce que está bajo tratamiento psicológico, pero agradece el apoyo de miles de personas («la gente me dice ‘no aflojes’, ‘estamos con vos'»), y de organizaciones, como los equipos de fútbol, al objetivo de «Justicia por Blas».
«Ojala fuera solo yo -agrega más adelante-, porque está el dolor de familiares, amigos, hasta desconocidos que sienten este dolor. No es sólo yo», señala sobre el acompañamiento que recibe.
«Blas no vuelve. En noviembre yo salgo del juicio sin Blas, pero si algún día logro que el día que les pase algo a mis hijas, recurran a un policía, la misión está cumplida. Por que para eso se supone que existe la Policía. Esa es mi lucha», sentencia con sus palabras, con la emoción contenida por varios meses de lucha.
Por el crimen de Blas, hay 13 policías acusados de falso testimonio, encubrimiento y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego y abuso de poder.
Soledad recuerda también la lucha de otras madres por crímenes vinculados con el abuso policial.
«Logramos ver que con dos años se puede tener un juicio, cuando hay mamás que hace muchísimos años que luchan. Se puede juntar un montón de pruebas, se puede tocar un montón de puertas», añadió.
En su relato, señala un tema que debe movilizar a la sociedad, ante múltiples hechos que observamos a diario en los medios de comunicación.
«Pasó lo que jamás pensé que me iba a pasar a mí, pero sí pasa. Por eso, es importante que nos comprometamos en estos temas», sentencia Soledad, tras su conmovedor testimonio.
Otras madres que enfrentan la adversidad son las que sobrellevan un cáncer de mama, y a través de un diagnóstico y cura oportunos, consiguen salir adelante y dar testimonio de su fe y de su lucha.
Fernanda Zárate comenta que fue diagnosticada en 2018, a partir del cual recibió quimioterapia, luego fue operada y también atravesó el proceso de un tratamiento de rayos.
Hoy, con la camiseta rosa, que simboliza la lucha contra esta enfermedad, esta integrante de «Madres de la diversidad», dice que «lo primero que viene a tu mente es que cáncer es muerte, y no es así».
«Un diagnóstico no es un destino, un diagnóstico es vida», subraya Fernanda.
«Cuando me enteré, entre a mi dormitorio, le pedí a Dios que me diera vida para ver a mis hijos crecer. Y lo está cumpliendo, y lo va a seguir cumpliendo, porque este año egresa mi hijo de la secundaria», agrega.
Élida Caro comenta que la Fundación se creó a partir de la experiencia de varios de sus familiares y de un fallido diagnóstico que tuvo una amiga, por «la falta de una información adecuada para un tratamiento precoz».
La Fundación Corazón de Mujer realizará el sábado 29, a partir de las 15.30, una marcha bajo el lema «Caminamos con vos», en el Parque del Kempes, para visibilizar la lucha contra el cáncer de mama.
La titular de la organización señala que una de las medidas -previo al tratamiento- de las madres con cáncer de mama, es congelar los óvulos.
Ambas madres resumen sus experiencias con el lema «un diagnóstico no es un destino; cáncer no es muerte», al sintetizar las etapas que atraviesan miles de mujeres que deben afrontar la enfermedad.