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Con el cierre de listas para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto próximo, apareció Sergio Massa -intendente de Tigre y ex jefe de Gabinete (2008-09)- como un presidenciable que no estaba anotado entre los grandes candidatos.
«Massa ya era la figura con mejor imagen y potencial de votos en la provincia de Buenos Aires, antes de la determinación crucial que acaba de tomar», afirma Sergio Berensztein, de la consultora Poliarquía. ¿Cuál es el riesgo? Que el kirchnerismo pretenda destrozarlo como intentó con Macri y De Narváez.
El ahora candidato a diputado nacional en Buenos Aires por el Frente Renovador definió ayer su lugar: «El límite es la re-reelección de Cristina«, afirmó, aunque dijo que no hará campaña contra la Presidenta.
Cristina Kirchner, debilitada en el principal distrito electoral, apostó a un desconocido intendente, convencida de que ella encabezará la campaña por el oficialismo. Sus candidatos perderían en Capital Federal, Santa Fe, Córdoba y Mendoza, según diversas encuestas. El kirchnerismo mantiene fuerte ascendencia en el norte y en el sur del país.
Daniel Scioli, es el gran perdedor con la aparición de Massa; además quedó mal parado frente a la Presidenta por haber negociado con sectores opositores (Massa y De Narváez). Horas antes del desenlace, un estrecho colaborador de Scioli había señalado a este sitio: «Aunque digan que no nos afecta, la verdad es que Massa nos complica».
De la Sota mantiene sus aspiraciones presidenciales, pero para ello debe ganar Córdoba y mirar el nuevo tablero político que dibujó el intendente de Tigre.
Éste es el análisis de Berensztein (Poliarquía) tras la aparición de Massa:
■ «Massa ya era un actor central de la política argentina en la provincia de Buenos Aires y a nivel nacional antes dela confirmación de su candidatura».
■ «También es una expresión de la fragmentación y de la debilidad del sistema de partidos políticos: un líder peronista que se presenta por fuera de las estructuras del Partido Justicialista a pesar de laas elecciones primarias. Queda en evidencia que las PASO no resuelven las pujas por candidaturas y liderazgos».
«Es una expresión contundente de cómo el Gobierno ha perdido influencia en la conformación de la agenda política. El Gobierno se queda sin candidatos competitivos».