Por Juan Turello. Una imagen con nubarrones es la que eligió Osvaldo Giordano, ministro de Finanzas de la Provincia, para presentar los antecedentes del Presupuesto 2021. El economista colocó dos grandes palabras -en letras mayúsculas- que advierten sobre el contexto actual: «RECESIÓN CON INFLACIÓN». La economía caerá este año 11,6%y la inflación alcanzará a 40,1%.
La rebaja de impuesto es lo que reclama la producción para hacer frente al tsunami que provocó el coronavirus.
El aumento del Impuesto Inmobiliario Urbano será en promedio de 20% por debajo de una inflación proyectada de 29%, aunque analistas ya prevén una suba cercana a 50%.
El tributo rural subirá entre 39 y 49%, en función de un incremento importante en el valor de los campos y de los granos. En ambos casos, los aumentos surgirán de los cambios en la fórmula de cálculo de los tributos.
No subirán las valuaciones de los inmuebles urbanos ni rurales. El schiarettismo refuerza su alianza con el campo.
El Impuesto a los Ingresos Brutos tendrá un alza de dos puntos porcentuales en la actividad financiera -de 7 a 9%-, que se destinará a un fondo para sostener a la Caja de Jubilaciones. No se prevén nuevas modificaciones al régimen previsional.
En 2021, el rojo de las jubilaciones provinciales llegará a 23.975 millones de pesos; la mitad será financiada por la Anses, según la proyección de Giordano. A nivel nacional, trascendió que el organismo dejaría de sostener los 13 regímenes provinciales que aún subsisten.
Es posible que los nubarrones no se despeguen totalmente el año próximo, ya que si bien la economía se recuperará 5,5%, según la proyección del ministro Martín Guzmán, la incertidumbre persiste en torno del recorte real del gasto público y de la emisión monetaria para financiarlo. De ahí al dólar, hay un solo paso.
El Compromiso Fiscal 2017 para bajar los impuestos lo tiraron a la basura. El Gobierno nacional creó nuevos tributos. Córdoba sube dos puntos el del sector financiero.
La oposición denunció que al cálculo del ministro de Economía se agregaron gastos y obras por 400 mil millones de pesos. El Gobierno nacional no quiere hablar de ajuste.
El impuesto a la riqueza que se aprobaría el próximo martes en Diputados incluye una trampita: los legisladores/provincias que no acompañen esa decisión podrían ser excluidos del listado de obras públicas, cuyo detalle se perdió cuando el Presupuesto fue de la Cámara Baja al Senado.
Pura casualidad. Otra vez, el látigo y la zanahoria.
Con la fórmula que se propone -un promedio simple de los aumentos de los sueldos en blanco y de la recaudación previsional-, los jubilados hubieran cobrado 11% menos en 2019 en relación con la movilidad que aplicó Mauricio Macri.
Los cálculos actuariales señalan un derrotero similar para 2021 en función de que los jubilados cobrarán sin tener en cuenta la inflación y por semestre ante una inflación que tendrá un piso de 3% para los próximos meses.
“No es el momento para un cuarto IFE”, anticipó Martín Guzmán. El ajuste incluirá al programa ATP que asiste a las empresas. El nuevo plan se llama Repro II y prevé sólo un aporte de 9.000 pesos por trabajador de las Pyme que facturen menos que un año atrás.
Los nubarrones no terminan ahí: el Presupuesto incluye nuevos impuestos, por caso, sobre los seguros y alícuotas más altas para importar equipos electrónicos y de celulares.
Para colmo la producción del campo también retrocederá por los efectos de La Niña. Córdoba cosechará sólo 1,9 millones de toneladas de trigo, cando preveía cuatro millones. Es una incógnita qué sucederá con la soja y el maíz, que podrían compensar una menor producción con una suba en el valor de los granos. Pero habrá más inflación en los alimentos.
Acostumbrados a capear los malos tiempos, los argentinos sólo esperan que los nubarrones se despeguen pronto.