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Por Juan Turello. Hace dos semanas que el Gobierno está enredado en idas y vueltas sobre aplicar o no un congelamiento de precios sobre productos de la canasta básica y en las tarifas por seis meses, señala mi nota en La Voz. El objetivo implícito es mejorar las chances de Mauricio Macri ante el crecimiento de Cristina Kirchner y Roberto Lavagna, según las últimas encuestas, aunque todavía faltan más de seis meses para la primera vuelta presidencial, el 27 de octubre. Veamos de qué se trata.
Los inversores pondrán el ojo en dos fechas del calendario electoral: la del 22 de junio, cuando deben oficializarse las candidaturas (¿será Cristina Fernández finalmente candidata?, ¿se postulará en búsqueda de un salvoconducto jurídico para ella y su hija?) y la del 4 de agosto, cuando se realizarán las primarias, una suerte de masiva encuesta electoral.
Las medidas serían anunciadas este miércoles por Macri, luego de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dé a conocer hoy la inflación de marzo “por encima del 4%”, como ya sugirió el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Con la inflación de marzo (4%), los precios subieron por encima del 11% en el primer trimestre, casi la mitad del cálculo del Presupuesto 2019 (23%).
En su informe de la primavera boreal, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que será de 30,5% en el año; la encuesta del Banco Central calcula 36% ; las entidades vinculadas al seguimiento de precios estiman 40% .
¿Por qué hay una inflación tan alta pese a la fuerte caída en las ventas en casi todos los sectores y una recesión que se extiende por nueve meses?
En la Argentina, la inflación reconoce varias causas. Además de la cantidad de dinero en el mercado, existe una cultura inflacionaria de 70 años, que –a grandes rasgos- basa sus decisiones en los movimientos del dólar.
Las empresas de alimentos afirman que no podrán aplicar un congelamiento de precios porque existe “una inflación de costos”, que surge de los aumentos periódicos de los servicios regulados (tarifas públicas), combustibles e impuestos de los tres niveles del Estado. “Si una empresa no traslada esos aumentos, se funde o deja de producir”, se sincera un productor de alimentos.
Víctor Palpacelli, titular de la Cámara de Supermercados de Córdoba, advierte que debe asegurarse la provisión en cantidad de los productos de Precios Cuidados. “Al interior, no llega la totalidad de los que están incluidos en el esquema de Precios Cuidados ni en la cantidad que demandan los compradores”, explica y admite que los consumidores descargan su bronca contra los supermercados, que –señala- no son los encargados de producir esos bienes.
Durante 40 meses de gestión, el macrismo renegó del congelamiento de precios, aunque ahora –para evitar desandar su discurso- alude a un “acuerdo de precios” durante seis meses.
Las necesidades electorales llevaron a los radicales y a un sector del Gobierno a defender esa medida heterodoxa, en la que descreen Macri, Peña y Dujovne.
Las necesidades electorales llevaron a los radicales y a un sector del Gobierno –María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, quienes sienten en sus territorios el reclamo de los vecinos- a defender esa medida heterodoxa, en la que descreen Macri, Marcos Peña y Dujovne.
¿Incluirá el “acuerdo de precios” a las tarifas de los servicios públicos, a los impuestos y a los combustibles? Es muy posible que no, ya que para ello se necesitarían subsidios y agravaría el déficit fiscal en momentos en que la recaudación cayó por recesión.
Un botón de muestra: las petroleras aplican una suba de entre 10-13% por pedidos por encima del cupo de gasoil asignado a estacioneros y a mayoristas, en medio de una campaña récord del campo.
Entonces, la inflación de costos seguirá su marcha.
Para los sectores más vulnerables, las expectativas están puestas en los anuncios presidenciales. Los analistas los pondrán bajo la lupa por si generan aún más incertidumbre a una economía ya convulsionada. Son días difíciles.