Por Claudio Fantini. En forma sorpresiva se insinuó un aliado inimaginable para Cristina Kirchner: el gobierno español de Mariano Rajoy. En rigor, la sugerencia es formar un frente común contra el gobierno británico, según la propuesta del canciller.

Si el primer ministro británico cumple su advertencia de que denunciará a Madrid ante la Unión Europea, la respuesta española será cerrar filas con la Argentina en el Comité de Descolonización y en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para fortalecer la presión contra Londres en los diferendos por los enclaves coloniales de Malvinas y Gibraltar.

 ¿Cómo se llegó a esta situación? 

El caso Gibraltar se remonta a 1704, cuando una escuadra anglo-holandesa ocupó el Peñón que marca el ingreso al Mar Mediterráneo y también a Menorca, una de las islas Baleares, en el marco de la Guerra de Sucesión Española. El islote fue posteriormente reintegrado al reino ibérico por el Tratado de Amiens, pero otro célebre tratado, el de Utrecht, dejó Gibraltar en manos de la corona británica.

Ésa es una de las diferencias con el caso Malvinas, ya que la Argentina no firmó ningún tratado cediendo la soberanía a Londres.

El actual pico de tensión por Gibraltar comenzó cuando las autoridades británicas del enclave colonial plagaron las aguas cercanas con inmensos bloques de cemento para impedir la llamada “pesca de arrastre”, que realizan en la zona los pescadores españoles. La respuesta de Madrid fue demorar el ingreso por el paso que une al Peñón con el resto de España. Al someter a los automovilistas a largas esperas en filas interminables, los controles de la policía española supusieron un virtual bloqueo del territorio, con la excusa oficial de que se trata de impedir el contrabando, alentado por el hecho de que Gibraltar es un puerto libre.

A muchos analistas suena extraño que dos gobiernos del mismo signo político (conservadores) lleguen a semejante pico de tensión. Ambos buscan poner el foco de la opinión pública lejos de las urticantes cuestiones domésticas.

El gobierno de la derecha española ha acusado en estos días a su antecesor socialista de haber actuado con genuflexión ante el colonialismo británico. Seguramente, Mariano Rajoy sobreactúa, ya que el conflicto con Londres en un tema tan caro a los sentimientos nacionales de España, que le serviría de cortina de humo. Busca así distraer la atención del periodismo y de la opinión pública del caso Bárcenas, el escándalo por la financiación ilegal del Partido Popular (PP) iniciada durante el gobierno de José María Aznar y rebelada en las cuentas secretas del ex tesorero de esa fuerza política.

Más allá de las motivaciones de Rajoy, la insinuación del canciller García Margallo de hacer frente con la Argentina para presionar internacionalmente a Londres, debiera ser capitalizada por el gobierno argentino. Pero, por el momento, no hubo reacción en la Cancillería y Jacobo Timerman sigue siendo la sombra en que se convirtió desde que el acuerdo con Irán empezó a mostrar su abrumadora inutilidad. ●

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■  España ve tambalear al gobierno de Rajoy / Fuente: Turello.

Redacción Turello.com.ar

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