Por Claudio Fantini. Quizá nunca se sepa con exactitud la magnitud de los daños causados por el...
Mientras se debate en el Congreso cómo deberían actualizarse las jubilaciones y pensiones, el...
Por Juan Turello. El duro ajuste de Javier Milei incluye a muy pocos ganadores, aunque en las...
El Grupo Autocity concretó en los últimos meses dos hechos que ratifican su liderazgo en la...
Domingo Cavallo está en Córdoba, donde dice que "estudia" y se reúne con amigos, a muchos de los...
En los últimos días Google ha utilizado sus famosos Doodles, con una serie de juegos vinculados a...
Durante un acto realizado en la sede de la Fundación OSDE, en la ciudad de Córdoba, realizamos la...
El domingo pasado, desde la cuenta @Pontifex_es, se publicó el primer tuit del papa Francisco,...
El duro ataque del empresario Jorge Petrone, dueño de Gama (una de las mayores desarrollistas de...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Eugenio Gimeno Balaguer. La comunicación es el valor fundamental para el crecimiento personal y mucho más aún para la permanencia y eficacia de las relaciones dentro de las instituciones, y de ellas entre sí. No hay comunicación si no hay un mínimo de valores compartidos, incluso aunque sean lejanos en el tiempo o en el espacio. Si esto no existe, puede haber información pero nunca comunicación.
También las ganas de comunicarse juegan un rol importante, si no, caemos en el formalismo de enviar un SMS, un What’sapp, un e-mail, o dejar, cuando más, un mensaje en un casillero.
A veces, nos encontramos en un escenario donde nuestro interlocutor está disperso o “en otro canal”. Es allí donde nosotros, como gestores del inicio de la comunicación, debemos poner cuidado y cambiar el ambiente poniendo “ganas” y sumar, al mensaje escrito, el verbal o a la distancia, la presencia.
Hay otro elemento que es la necesidad de recibir, y ésta es una cualidad que debemos despertar en quien nos escucha. Tenemos que crearla para ser eficaces en el propósito.
Es lo más frecuente en las familias y en las instituciones, en las empresas y en el sector público, entre la gente común y los dirigentes. ¿Por qué se produce la incomunicación? Son tres los factores: