Por Claudio Fantini. Quizá nunca se sepa con exactitud la magnitud de los daños causados por el...
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Por Juan Turello. El duro ajuste de Javier Milei incluye a muy pocos ganadores, aunque en las...
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El duro ataque del empresario Jorge Petrone, dueño de Gama (una de las mayores desarrollistas de...
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Por Claudio Fantini. A esta altura de la lista de muertos y de exiliados por desafiar a Vladimir Putin, el regreso a Rusia de Alexei Navalny es una prueba de coraje. Nadie sabe a ciencia cierta qué suerte le depara la prisión donde lo recluyeron. Nada garantiza que los derechos y garantías establecidos en las leyes rusas se apliquen a un líder disidente en un país sin poderes independientes.
Por Claudio Fantini. Cruzaba un puente del Támesis cuando alguien que avanzaba en dirección contraria le pinchó la pierna con la punta de un paraguas. Horas después, el disidente búlgaro Grigori Markov moría en una clínica de Londres sin que los médicos detectaran el veneno que lo intoxicó. Hay otra decena de casos similares. ¿Puede haber sucedido algo similar con el financista Aldo Ducler en la Argentina?