Por Claudio Fantini. Hubo dos buenas señales el domingo último: la temprana aparición de Sergio Massa para admitir la derrota de manera clara, y la posterior aparición de Javier Milei, quien, conjurando la euforia que marcó su fulgurante carrera política, usó un tono pausado y respetuoso. En términos generales, buscó ratificar las señales de moderación ideológica y de serenidad política, que dio camino al balotaje.
El candidato liberal Javier Milei ganó ampliamente el balotaje, con el 55,69% de los votos, sobre Sergio Massa (44,30%). En su primer discurso, como presidente electo, prometió restablecer las ideas libertarias y aseguró que “no hay lugar para el gradualismo”.
Además de una tarea desafiante en lo económico -reforma del Estado, dólar, inflación, relación con el FMI, deuda-, Milei gobernará desde el 10 de diciembre con un Congreso sin mayoría propia, en especial, en el Senado, en el que el PJ ocupará la mitad de las bancas.