Por Claudio Fantini. La mayoría de quienes se identifican con la izquierda en Latinoamérica, al hablar de Mario Vargas Llosa empieza por aclarar que “no comparte su posición política”, para luego admitir que es un gran escritor. Como si su posición política fuera el pecado inaceptable de un genio indiscutido de la literatura.