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El baldazo de agua helada (Ice Bucket Challenge, como se conoce en el mundo) se copió muy rápido en todo el mundo, cuando grandes personalidades cumplían con el desafío y nombraban a otra persona para que los imitara. Pero el gesto incluye un aporte económico para las fundaciones que luchan contra el ELA (esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad autodegenerativa en forma progresiva del sistema nervioso que va paralizando paulatinamente al paciente). Como moda, ya se copió en la Argentina, desde Susana Giménez hasta el infaltable Aníbal Fernández. El problema es que muy pocos hicieron su aporte económico para ayudar a quienes luchan contra la enfermedad. ¡Qué malo!