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Por Claudio Fantini. La dirigencia de Bolivia opuesta al partido de Evo Morales, tropezó una vez más con la misma piedra. Quizás no hubiera podido evitar la vuelta al poder del MAS, cuyo presidente electo –Luis Arce- cuenta con virtudes que lo hacían un competidor difícil de vencer. Pero, al menos, la oposición no habría sufrido la humillante derrota que recibió por la mediocridad y la miserabilidad de algunas de sus figuras más notables, en especial las del ultraderechista Luis Camacho. Veamos.
Por Claudio Fantini. Algo extraño está ocurriendo en Bolivia. Evo Morales y quien fue su vicepresidente, Alvaro García Linera, describen como un régimen de facto surgido de un golpe cívico-militar al gobierno que preside Jeanine Áñez Chávez. Pero el partido político que los tiene a ambos como máximos líderes, el Movimiento Al Socialismo (MAS), acaba de entregarle a ese poder fáctico una credencial de legitimidad. Repasemos.