Por Claudio Fantini. La nueva estrategia de la defensa de Cristina Kirchner es potente, pero tiene un flanco débil: es demasiado obvia. A tal punto, que podría terminar generando el efecto contrario al deseado, o sea ser una evidencia más de que la ex presidenta se benefició de un esquema de enriquecimiento ilícito.
En lo que se calificó como una dura sentencia por la corrupción en el Estado, la Justicia Federal condenó a dos ex secretarios de Transporte de la Nación y a empresarios por la tragedia ferroviaria de Once, que le costó la vida a 51 personas, a otra por nacer y lesiones a 789. En total, fueron condenadas 21 personas ligadas de una u otra forma con el hecho ocurrido en febrero de 2012.
Ricardo Jaime deberá purgar seis años de prisión y Juan Pablo Schiavi, ocho. En tanto, el ex ministro de Planificación, Julio De Vido, responsable de los planes ferroviarios hasta la tragedia, deberá ser investigado por la Justicia. El empresario Claudio Cirigliano fue condenado a 9 años de prisión y Roque Cirigliano, a 5 años. Ambos eran responsables de la concesionaria TBA. El maquinista Marcos Córdoba recibió una sentencia 3 años y 6 meses de prisión. Los condenados permanecerán en libertad hasta que la sentencia quede firme.
El fiscal pidió la inmediata detención de Jaime por «temor a una fuga».
Con una inusual ceremonia, la Corte Suprema de Justicia inició el año judicial con un emotivo video.
Durante aproximadamente un minuto, y con el Himno Nacional Argentino de fondo, una secuencia de fotos y escenas recorre los casos de Jorge Julio López, Ángeles Rawson, Candela Rodríguez, los reclamos por la desaparición de Luciano Arruga. También muestra las marchas por las víctimas de la Tragedia de Once y, como cierre, aparece la figura de Alberto Nisman.
El evento culminó con una ovasión y un posterior discurso de Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte.