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Por Claudio Fantini. “Nada se parece más al pensamiento mítico que la ideología”, escribió Claude Lévi-Strauss. Y tenía razón el padre de la antropología estructuralista. Por eso resulta crucial saber si la confiscación del Grupo Vicentin, que anunció Alberto Fernández, responde a un posicionamiento ideológico como el que caracteriza a quienes le llevaron (o le impusieron) la idea, o fue una decisión pragmática como afirman el presidente y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Lo que está claro, es que esa medida encerró a Fernández en un callejón sin salida porque cuando intentó volver atrás, le cerró el paso un coro opositor que cantaba en tono afinado que dar marcha atrás era una derrota bochornosa.