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Por Claudio Fantini. Donald Trump no esperó para embestir contra Nancy Pelosi y el Partido Demócrata de Estados Unidos. Esta vez, lo hizo con tono socarrón y triunfalista. Venía de ser exonerado en el juicio político por el caso ucraniano, lo que lo fortaleció políticamente. Pero, ¿era inocente de las acusaciones?
Primero, Trump venció a los republicanos que enfrentó en las primarias para obtener la candidatura presidencial; después al clan Bush y a otros notables del partido de los conservadores, como John McCain, que lo trataron como un «impostor» y criticaron sistemáticamente los primeros dos años de su gestión.
Luego, Trump derrotó a quienes pretendieron que la investigación del fiscal especial Mueller sobre la “trama rusa” pusiera fin anticipado a su gobierno.
Y, finalmente, venció a quienes lo intentaron de nuevo –a través del juicio político-, acusado de haberse valido de su presión al gobierno de Ucrania para que le “haga el favor” de ensuciar a su entonces rival, Joe Biden, con una investigación escandalosa.
La exoneración que se impuso en el juicio político a Trump, ¿prueba su inocencia en los casos que le imputaron?
La exoneración que se impuso en el juicio político a Trump, ¿prueba su inocencia en los casos que le imputaron? No, necesariamente.
Habría probado su inocencia si el voto mayoritario hubiese sido consecuencia de un análisis minucioso de las pruebas y de los testimonios presentados por la parte acusatoria. Pero no fue así, porque la Casa Blanca y los senadores oficialistas impidieron que los fiscales puedan presentar en el Senado varias pruebas documentales y testimonios.
En todos los juicios políticos que hubo en Estados Unidos, la parte acusadora pudo presentar ante los senadores las pruebas y los testimonios que requirió. Esta vez, no. Por eso el resultado muestra dos cosas: el dominio total de Trump sobre el Partido Republicano, y sobre la mayoría republicana en el Senado.
Con eso alcanza para la exoneración. Pero para la demostración de inocencia hace falta otra cosa: analizar todas las pruebas y testimonios que se presenten. Y eso no se pudo hacer en el Senado debido al bloqueo impuesto por el presidente y sus seguidores.
¿Habría modificado el resultado? Posiblemente no, porque estaba prefijado, tal como lo había anunciado el jefe de los senadores oficialistas Micht McConnell. Pero, seguramente, habría elevado el precio histórico y político a pagar por absolver a Trump.
Dos hechos permiten afirmar esto: Uno, el párrafo del libro en el que el ex consejero John Bolton relata lo que el propio Trump le dijo sobre la presión a Ucrania para obtener “un favor” en su campaña electoral. Y dos, el hecho de que Trump y sus senadores hayan impedido la exposición de esas pruebas y testimonios en el Senado. De no haber sido muy comprometedores, no habrían cometido el estropicio procesal de censurarlos.
Parece indudable que el resultado del juicio político fortalecerá a Trump para su reelección.
En el núcleo duro que lo apoya, el fervor crecerá porque acaba de anotarse otro triunfo sobre sus opositores demócratas. Pero el fortalecimiento político de Donald Trump no implica que también se fortalezca la fuerza política conservadora. Por la forma en que finalmente sus senadores impusieron su mayoría para absolverlo, el Partido Republicano sale del impeachment con una mancha en su larga historia.