Luego de los cambios en el Impuesto a las Ganancias para los asalariados, ¿habrá más consumo o menos? El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, afirmó que los 765 mil beneficiados con la suba del mínimo no imponible de Ganancias desde marzo destinarán esos fondos «al consumo». Los economistas privados creen, en cambio, que «habrá más contribuyentes» y que «caerá el poder adquisitivo».
Para la AFIP, los cambios en Ganancias suponen resignar recursos por 8.171 millones de pesos. A esa cifra se agregará el aumento para jubilados -también desde el 1° de marzo-, que alcanzará a unos 32 mil millones de pesos anuales, todo lo cual mejoraría el consumo, según interpreta el Gobierno.
La presidenta Cristina Kirchner (en Twitter: @CFKArgentina) pretende alentar el consumo para llegar a octubre con mejores posibilidades electorales, cuando se realizarán decisivas elecciones legislativas.
Las dos CGT consideraron insuficiente la actualización, que no se realizaba desde abril de 2011. Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanco), en tanto, amenazó con medidas de fuerza.
Los economistas sostienen que todo aumento en paritarias por encima del 20% provocará que haya más asalariados alcanzados por el gravamen, que según AFIP ya pagan 1.626.550 empleados, el 17,5% del total.
Marcelo Capello y Gustavo Diarte (Ieral de Fundación Mediterránea, @FMediterranea) explicaron: «Si los salarios aumentan nominalmente igual que la inflación, los salarios medios y altos, en términos netos después de pagar Ganancias, subirán menos que la inflación, por lo que perderán así poder adquisitivo y afectarán el nivel de consumo real de esas familias. Si las organizaciones de trabajadores logran aumentos de salarios nominales mayores a la inflación, de modo que los salarios medios y altos, después de pagar impuestos, no vean modificados su poder de compra. En este último caso, ante la suba en los costos laborales unitarios, la afectada será una vez más la competitividad de la producción local, y por esa vía muy probablemente el empleo».
Nadin Argañaraz (IARAF) señaló: «Puede haber un período en el cual baje la carga tributaria. Esto ocurrirá siempre y cuando la suba de mínimos y deducciones esté vigente y los salarios todavía no se hayan incrementado. Para los ya alcanzados por el impuesto, si la mejora salarial es más del 20%, sufrirían un incremento de la tasa efectiva de entre 1 y 3 puntos porcentuales del ingreso, que implicaría un incremento de la presión tributaria de entre 20% y 85%».