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Por Rosa Bertino. Ni los antihinchas de fútbol logran sustraerse del frenesí del Mundial Brasil 2014. Dado el preocupante panorama local y regional, los medios que más se oponen al kirchnerismo y lo acusan de distraer con «fútbol y propaganda», son los que mayores recursos han desplegado.
Desplazaron gente y cámaras como para cubrir la grilla de un año. Sin duda, la publicidad colabora bastante. Pero no es todo. Hay como un tácito acuerdo en no contrariar al argentino promedio, ése que aflora cuando se disputa un triunfo resonante.
Al fin y al cabo, ¿qué pretendemos? ¿Que la masa se movilice contra el juez Thomas Griesa? ¿Que se exprese con claridad ante los hechos de corrupción? ¿Qué asocie la cantidad de vuelos y personas acampando en Brasil, más el precio de la reventa de entradas, con los males que nos aquejan?
❝Antes el fútbol era un área reservada para especialistas❞.
Las tendencias actuales le han cambiado la cara al fútbol… y a todo. Antes era un área reservada para especialistas, que se expresaban sobre el balompié como un científico sobre la evolución de las especies. Ahora cualquiera opina, especula, divaga y hace gala de la más rotunda estupidez.
Las redes y las lentes se interesan más por lo que pasa en las tribunas, que por el campo de juego. Ya estamos hartos de botineras pintadas para la guerra y de producciones hot sobre las mujeres de los futbolistas.
Hablan más de ellas, que de ellos. Cómo será, que la primera “tarjeta roja” fue para la Miss «Boom Boom» Andressa Urach, a la que le prohibieron acercarse a Cristiano Ronaldo. Mientras tanto, la modelo brasileña cubierta sólo con body painting acaparó más titulares que los partidos.
En nuestro caso, ser argentino puede ser un castigo aparte. Somos la cuna de D10, como se le dice ahora a Dios investido de Maradona. El 10 en persona no es tan insufrible. Basta con evitar sus apreciaciones no futbolísticas. El martirio son sus mujeres, desde las hijas hasta las amantes. Pero aquí se ve con claridad que los medios no tienen un ápice de inocentes. Son parte de la lobotomía.
La última ex, Rocío Oliva, viajó a Brasil contratada por El diario de Mariana, un ciclo de la televisión siestera que alterna los escraches a Amado Boudou con recetas de cocina y chismes de la farándula. Pocos recuerdan que Oliva era jugadora de fútbol, carrera que dejó para irse con Maradona. Un año de noviazgo le alcanzó para ser panelista invitada, tapa de revistas, y tener pasaje y estadía paga en el país del Mundial.
¡Qué incentivo para el estudio y el trabajo honrado!
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