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El Banco Central de la República Argentina (BCRA) aprobó una norma por la cual las entidades financieras que ofrecen homebanking deberán proveer a sus clientes una aplicación (app) -sin costo- para realizar transferencias entre teléfonos y también recibir pagos de tarjetas de débito.
Esta iniciativa busca, por un lado, bancarizar al casi 60% de la población que se encuentra fuera del sistema y, por otro, desmaterializar el negocio. Este último, implica eliminar las tarjetas y utilizar a los dispositivos móviles para retirar dinero, lo que favorece a los comercios que sólo operan con efectivo.
En este sentido, Marcela Carbajo, directora comercial de MovilGate, empresa argentina dedicada al desarrollo de soluciones móviles para finanzas, indicó que lo planteado por la nueva circular del BCRA es un paso hacia el objetivo de inclusión financiera, aunque todavía queda un largo camino por recorrer.
Carbajo, señaló además que: “todavía estamos en un proceso de análisis del alcance de las nuevas medidas, pero ya desde un punto inicial difiere de lo establecido en otros países como Ecuador, Perú o Paraguay. En nuestro país se está apuntando, al menos inicialmente, a personas que ya disponen de cuenta bancaria. En otros lugares el foco es justamente la inclusión financiera, es decir, cómo a través del teléfono celular podemos incluir en el sistema a personas que aún no tienen ese acceso a servicios bancarios”.
Ecuador fue el primer país en encarar una política oficial de pagos móviles desde su Banco Central (BCE) a mediados del 2010. En ese entonces, el BCE entendió que ésta era una buena estrategia para incluir en el circuito financiero a personas que no disponían de cuentas bancarias. Por ejemplo, las personas que cobraban beneficios sociales podían transferir ese dinero a sus “cuentas móviles” y, a partir de eso, podían abonar bienes o servicios desde esas cuentas.
Según Carbajo, el despegue de los pagos móviles en Argentina “dependerá tanto de los usuarios que ingresen al sistema como de la red de comercios disponibles o puntos de cash-in y cash-out”.
“Los teléfonos celulares son ahora inteligentes, pero no pueden distribuir dinero. Se pueden usar sólo para transferir o trasformar valor electrónicamente, por lo que se hacen necesarias sucursales bancarias, cajeros automáticos o redes que puedan cubrir zonas alejadas de los grandes centros urbanos”, señaló Carbajo.
❝Se debe seguir trabajando (…) para posibilitar que no sólo el usuario no bancarizado acceda al sistema sino también el pequeño comerciante…❞
Si la bancarización es un aspecto clave para la evolución de los países, y las herramientas tecnológicas son el medio clave para lograrla, el desafío es unir ambas esferas para promover la igualdad de condiciones en el ámbito financiero de toda la población argentina.
“Se debe seguir trabajando en el sentido de la inclusión financiera para posibilitar que no sólo el usuario no bancarizado acceda al sistema sino también que el pequeño comerciante pueda aceptar otro medio de pago que no sea dinero en efectivo”, concluyó Carbajo.