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Por Eugenio Gimeno Balaguer. Al compartir una persona hace partícipe a otra/s de lo propio. Por caso, de las emociones y los hechos significativos que vivió. Compartir con otros hace sentir bien. Tal vez no siempre en el corto plazo, pero sí con el tiempo.
Al compartir, es posible recibir.
Si este intercambio básico se produce, la relación funcionará. Incluso, si la devolución es mayor a lo compartido, surgirá un sentimiento positivo «de deuda» para satisfacer al otro, en mayor medida. Así, la relación evoluciona, haciendo sentir importante a los demás, aumentando el bienestar social y el crecimiento personal.
Este cambio es un proceso que no ocurre de un día para el otro, pero ¿no es verdad que para empezar a andar, siempre hay que dar un primer paso?
Las relaciones se equilibran y tienden a crecer cuando se comparte.
La mayoría de las personas tiene como fuente de inspiración a terceros que pueden conocer por sus actos, su música, su libros y su historia. Lo que estos referentes comparten, generalmente, es importante para las primeras.
Hay quienes, por diversas razones, marcan la vida de una persona y se convierten en un ejemplo a seguir. Sin importar su origen, se convierte en una figura de influencia en las acciones y en las decisiones.
Ese era el nombre era una pequeña publicación que se editaba hace muchos años. Allí, se contaba la historia de un ser ejemplar que podía mediar en el comportamiento del lector, o bien, despertar el anhelo de parecerse a él.
Lo que se debería lograr es coherencia entre lo que se piensa, se hace y se aspira, con lo que transmiten las personas a las que se admira. Esto habla hacia dónde va una persona y qué camino está dispuesto a seguir para conseguir sus objetivos.
Existen temas que de verdad inspiran y hacen sentir bien. Un ejemplo clásico es el tema Sueño Imposible, del musical Don Quijote de la Mancha. La obra está basada en el libro del mismo nombre que escribió Miguel de Cervantes. Después de La Biblia, es el libro que tiene más impresiones y traducciones a distintas lenguas.
Don Quijote de la Mancha era un soñador de aquellos que creen en un mundo mejor. Luchar en pos de la justicia, hacer el bien y compartir su ideal era su misión.
Invito a los lectores a compartir mi “Valija de viaje”, con entrada libre y gratuita, este miércoles 30/11, a las 18, en el Salón Rojo, Escuela de Salud Pública, de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.
Los interesados pueden encontrar mayor información e inscribirse haciendo clic aquí.