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Por Juan Turello. Ciertos datos dan fe de la pequeña luz que algunos observan al final del túnel, en medio del sacudón del aparato productivo y estatal, que afecta al empleo, señala mi nota en La Voz.
El incipiente optimismo está vinculado con la observación de un mayor movimiento en los centros de compra, un fenómeno que puede estar relacionado con los días de Semana Santa y el movimiento turístico. Por contrapartida, preocupan los despidos «hormiga» en la industria y el comercio, además de las cesantías a empleados públicos. Repasemos.
En Córdoba, hay localidades que registraron una ocupación de entre 80% y 90%, aunque las pernoctaciones se redujeron a entre tres y cuatro días en un fin de semana extralargo de seis jornadas.
Las expectativas se mantienen en pie: para los próximos días se espera la llegada de dos contingentes de hinchas brasileños.
Talleres enfrentará a Sao Paulo, de la ciudad homónima, por la Copa Libertadores, y Belgrano a Inter de Porto Alegre. Es una semana deportiva histórica para Córdoba, que entusiasma al comercio y a prestadores de servicios.
Los alimentos se estabilizaron en la segunda quincena de marzo, pero las mediciones están puestas ahora sobre cuánto será el aumento de las tarifas de electricidad, de gas y del transporte, además de los combustibles, con fuerte impacto en los costos.
De las percepciones y expectativas, a los números que dan fe sobre la pequeña luz.
Esos movimientos apenas contrarrestan la baja en enero de 4,3% del estimador mensual de la actividad económica (Emae), en relación con igual mes del año pasado.
Es posible que la caída de la economía siguió en febrero y en marzo en la comparación interanual, pero para abril se esperan números positivos.
La expectativa es saber cuánto de la mejora en el campo y en la agroindustria se trasladará a los grandes centros urbanos, donde la desocupación comienza a ser moneda corriente.
Además de despidos y “retiros voluntarios” hormiga en industrias y comercios, hay que sumar la reducción de la mano de obra en Toyota y en Renault, dos de las grandes firmas automotrices de la Argentina.
Para fines de marzo, se esperaba una primera baja de entre 10 mil y 15 mil puestos, a la par del anuncio del gremio ATE, que promete llevar la violencia a las dependencias públicas.
Aún es incierto el impacto que tendrá la fuerte reducción del empleo estatal, que Milei estimó en 70 mil contratados.
El crujido también alcanza a las provincias.
Martín Llaryora ya tomó nota de la eliminación del auxilio para la Caja de Jubilaciones -era de 1.070 millones de pesos mensuales hasta diciembre-, del fondo para los docentes y de los subsidios para el transporte, además de la caída de la coparticipación.
La ecuación es difícil de asumir para el gobernador, que mantiene cientos de proyectos de obra pública en el interior.
Llaryora sostiene que esos emprendimientos evitarán la explosión social, a la espera de que la cosecha y el turismo movilicen a otros sectores, con especial hincapié en el comercio, donde están los puestos laborales más numerosos.
Con epicentro en Córdoba, Milei mantiene más apoyos que rechazos a su gestión. La clave es que pronto una gran mayoría avizore la luz al final del túnel.