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Por Juan Turello. Luis Caputo pasó por Córdoba sin grandes anuncios, al tiempo que ratificó su confianza en la estrategia para salir del cepo y para bajar la inflación, mientras se debate si es posible perforar el piso de entre 3% y 4% en los próximos meses, señala mi nota en La Voz.
“Atacamos todas las causas”, recordó sobre la otrora emisión del Banco Central y el déficit permanente del sector público, que se corrigieron desde la asunción de Javier Milei. Las dudas de los economistas y de los empresarios.
El ministro sostuvo que es factible que en septiembre, con la eliminación de 10 puntos porcentuales del impuesto País, se podría bajar un escalón con respecto a la suba de los precios en julio.
Reveló que en su diálogo con las cámaras les recordó que el Gobierno ya hizo el esfuerzo y que ahora les queda el desafío a los empresarios. “Con el uso de la capacidad instalada (en la industria) en el 55%, se puede absorber cualquier shock de demanda”, estimó.
En su exposición, el ministro lució moderado en sus apreciaciones, cuidadoso de sus palabras y con cierta tensión en la actitud corporal.
Caputo conoce el escenario de la Bolsa de Comercio de Córdoba, donde había disertado el 10 de mayo de 2016, como secretario de Finanzas del gobierno de Mauricio Macri.
Esta vez, la concurrencia fue mayor: el salón reunió a unos 300 comensales, entre empresarios, funcionarios, políticos e invitados especiales.
El discurso inicial de Manuel Tagle, con eje en la libertad económica, sorprendió gratamente a Caputo, tanto que al inicio de su exposición dijo: “No me queda nada más que adherir” a las palabras del presidente de la entidad, quien también pidió que el rol del Estado se limite “a no intervenir donde actúa el sector privado”.
¿Es posible perforar el piso del 4% de inflación que se registró a nivel nacional? En Córdoba, la suba de precios fue de 4,36% y en la Ciudad de Buenos Aires de 5,1%.
La economista Virginia Giordano señala tres condicionantes: la inercia inflacionaria, la “inflación reprimida” en las tarifas de los servicios públicos y la salida del cepo (cuál será el valor del dólar).
El economista Amílcar Collante señala que “la inflación reprimida” en servicios es de 14%, en relación con prácticamente la última suba de tarifas en abril de 2019.
La “inercia inflacionaria” empuja a correr la vara mensualmente a quienes pueden actualizar el valor de los servicios. Más allá de la suba de costos, esa actitud es visible en hoteles, en gastronomía, en salud, en turismo y en los servicios al hogar, entre otras prestaciones.
Los alimentos se amesetaron y los mayoristas moderaron las subas, al tiempo que ampliaron los plazos de pago. La tendencia no es homogénea, pero la modalidad está en aumento.
Uno de los grandes fabricantes de productos de limpieza les anticipó a los supermercados que la suba de los próximos cuatro meses será sólo de 9%, algo así como un 2% mensual acumulativo.
Ese es el porcentaje que quiere alcanzar el Gobierno hacia fin de año, en convergencia con la devaluación mensual. Milei insiste en que el objetivo es que no haya inflación para esa fecha.
Caputo volvió a negar una devaluación, a la que consideró una mejora transitoria de los precios relativos. Dijo que, una vez logradas ciertas condiciones, la estrategia es bajar impuestos distorsivos.
Caputo citó entre los tributos distorsivos los impuestos “al cheque” y País, las retenciones e Ingresos Brutos.
Guillermo Acosta, ministro de Economía de la provincia, sólo sonrió ante la alusión directa de bajar el Impuesto a los Ingresos Brutos.
Les pidió a los empresarios acompañar la actual gestión. Dijo que la liberación del cepo se realizará cuando “se produzca el menor salto cambiario, sin impacto en la inflación”.
“No hay fecha; es más importante el cómo que el cuándo”, señaló ante los múltiples interrogantes planteados en las esquelas repartidas para las preguntas.
Minimizó la suba del riesgo país y dijo que “el mejor indicador es la realidad, que se refleja en la inflación y en el crecimiento” en algunos sectores.
En realidad, se trata de una recuperación, ya que el crecimiento llegará cuando se produzca una expansión de las fronteras productivas, lo que requiere inversión y reformas claves en lo laboral y en la productividad.