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Por Claudio Fantini. Mientras el mundo mira los goles en Brasil, un grupo creado por Osama Bin Laden lanzó con éxito fulminante, que los estrategas alemanes del siglo 19 llamaron blitzkrieg (guerra relámpago) y ocupó buena parte de Irak y puso al ejército de ese país en desbande.
Desde el principio, sus métodos fueron brutales: degollaban y decapitaban en público a sus prisioneros.
Fue creada en 2004 por un discípulo de Bin Laden, el jordano Abu Mussab Al Zarqawi, con el nombre de Al Qaeda Mesopotamia. Su objetivo es luchar en nombre del pueblo sunita contra del gobierno chiíta de Irak y la ocupación norteamericana. Tras la muerte de Al Zarqawi, pasó a llamarse Estado Islámico de Irak y se hizo fuerte en el centro del país, donde es mayoritaria la etnia sunita.
¿Sigue siendo parte de Al Qaeda? No, desde el año pasado, cuando el sucesor de Bin Laden, el egipcio Ayman al Zawahiri la expulsó por desobedecer su orden de que salga de la guerra civil siria y se limite a combatir en Irak.
Sucede que el nuevo líder, Abubaker al Bagdadí, cambió nuevamente el nombre de la milicia, llamándola EIIL (Estado Islámico Irak Levante, por la región que abarca Siria y el Líbano), zambulléndose de lleno en la guerra contra el régimen de Bashar el Asad y su aliados Hizbolá e Irán.
■ Cambio de nombre con el paso del tiempo: Al Qaeda Mesopotamia » Estado Islámico de Irak » EIIL (Estado Islámico Irak Levante).
Para Al Zawahiri, en Siria sólo debía combatir en nombre de Al Qaeda el llamado Frente Nusra. Pero Al Bagdadí desobedeció, entrando en confrontación, además del ejército del régimen, con las fuerzas rebeldes.
Desde la pequeña porción de territorio que conserva en Siria, se organizó y lanzó la fulminante ofensiva con la que ocupó Mosul, la capital de la provincia de Nínive, y Tikrit, la capital de la provincia Salahadin, donde nació Saddam Hussein.
Desde allí, siguió su marcha triunfal ocupando aldeas de los alrededores de Bagdad y poniendo la capital del país al alcance de su mano.
Por un lado, porque se foguearon en la guerra civil de Siria. Napoleón decía que ❝para tener el mejor ejército había que estar en guerra siempre❞. Pero la razón fundamental es que Arabia Saudita entregó ayuda financiera y armamentos modernísimos al llamado Estado Islámico Irak-Levante (EIIL).
En Afganistán, el reino de la familia Saud había designado a Bandar Sultán para que financie la resistencia contra la ocupación soviética, y ese príncipe fue quien designó a Bin Laden como tesorero de los mujaidines, por ende sentó indirectamente las bases para engendrar Al Qaeda y el talibán.
En la guerra civil siria, otra vez es el príncipe Sultán financia y arma a los rebeldes más ultraislamistas, entregando fortunas y arsenales al EIIL y a otros jihadistas de Al Qaeda.
El ex emir de Qatar, Jalifa al Thani, había advertido que sólo debía financiarse al Ejército Libre de Siria, liderado por el ex general sirio Salim Idris, y a los grupos que responden a la Hermandad Musulmana, pero Arabia Saudita hizo lo de siempre: crear monstruos, que luego nadie puede controlar.
¿Qué causará en Irak la imparable ofensiva del ultraislamismo sunita? De momento, la alianza más insospechada: Estados Unidos y la República Islámica de Irán quedarán en la misma trinchera, apoyando al gobierno del chiíta Nuri al Maliki, para que resista la feroz ofensiva jihadista.■