Jhon Boretto, rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), detalló en Los Turello la...
Por Claudio Fantini. Los presidentes uruguayos suelen atreverse a señalarles a los argentinos...
Por Juan Turello. Javier Milei recibió el más duro golpe político en casi cinco meses de...
En los últimos días Google ha utilizado sus famosos Doodles, con una serie de juegos vinculados a...
Durante un acto realizado en la sede de la Fundación OSDE, en la ciudad de Córdoba, realizamos la...
El duro ataque del empresario Jorge Petrone, dueño de Gama (una de las mayores desarrollistas de...
¿Los empresarios tienen miedo de hablar? En especial, ¿tienen miedo que luego de sus palabras...
Cristina Kirchner atravesó anoche otro duro examen en Harvard por parte de estudiantes de esa...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Héctor Cometto. Duele más porque la felicidad plena del triunfo estaba ahí, muy cerca. El equipo que se ganó a todos y le ganó a (casi) todos, hubiera coronado un proceso ejemplar, con su símbolo aglutinante –Messi– justificando a pleno el Balón de Oro ganado.
Ésa es principal desazón: era el momento consagratorio para el capitán argentino, para pegar el golpe sobre la mesa y así sacudir y archivar las dudas que volvieron a impregnar sus imágenes de desaliento y de falta de rebeldía deportiva.
Queda claro, una vez más, que él no puede generar épica desde los gestos; sólo puede hacerlo desde su apasionante vínculo con la pelota, que en el final de Mundial no le obedeció como al principio.
Y sin Di María (su salida fue un golpe muy negativo para Messi y para el equipo en la faz ofensiva), con el ingreso forzado del “Kun” Agüero (error de Sabella al sacar tan apresuradamente a Lavezzi), se volvió a fusionar, cohesionar, a soldar con el esfuerzo del resto de “su” equipo, pero no alcanzó.
❝Duele más por la suma de varios factores, pero duele menos porque la búsqueda de la felicidad fue maravillosa❞.
Alemania es un gran campeón y el gol de Gotze marca una diferencia muy notoria con la de los atacantes argentinos. Cada uno tuvo su definición del partido y la malogró. El delantero suplente germano fue letal. Esa precisión decisiva no es casual: han trabajado en la técnica para evolucionar y ser casi perfectos: a su tradicional funcionamiento le agregaron juego.
Duele más por la entrega de Mascherano, la importancia de Demichelis, la educación de Sabella, la frescura de Lavezzi, la corrección en la derrota, merecían el final feliz.
Y duele menos porque la búsqueda de la felicidad fue maravillosa.■
Notas relacionadas:
14/07/2014 | El país calificó como #HéroesArgentinos a la Selección.
14/07/2014 | Argentina #Tebancoigual.
14/07/2014 | Se fue el mundial más social de la historia.