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Por Claudio Fantini. Juan Guaidó prepara su caballo de Troya. Si el goteo de militares que abandonan al régimen sigue siendo lento, su jugada más osada podría poner en jaque a Nicolás Maduro y la casta político-militar que lo mantiene en el Palacio de Miraflores. Un convoy de ayuda humanitaria podría actuar como el legendario caballo de madera que usaron los griegos para penetrar en la amurallada ciudad de los troyanos.
A las violaciones de derechos humanos que ha perpetrado el régimen mediante la represión, suma otro crimen particularmente deleznable: prohibir el ingreso al país de ayuda humanitaria para paliar la devastación que está provocando la falta de alimentos y medicamentos en la población venezolana.
El primer convoy de ayuda humanitaria ingresaría desde Colombia, custodiado por decenas de militares venezolanos exiliados en el país vecino.
El primer convoy ingresaría desde Colombia, custodiado por decenas de militares venezolanos que se han exiliado en ese país vecino. Por cierto, esa custodia militar estaría armada, lo que pondría al régimen entre la espada y la pared.
Si lo considera una violación de su frontera y repele ese ingreso de ayuda humanitaria mediante un ataque del Ejército, de inmediato cruzarían la frontera tropas colombianas y, posiblemente, efectivos norteamericanos para entrar en combate contra las fuerzas del régimen chavista, lo que iniciaría una escalada que podría incluir acciones militares desde Brasil.
En esta escalada, Guaidó apuesta no sólo a que el régimen de Maduro resulte derrotado, sino que además quede como el causante del conflicto armado por haber prohibido la ayuda humanitaria, que miles de venezolanos necesitan con urgencia desesperante, y por haber iniciado la guerra al atacar nada menos que un convoy de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con alimentos y medicamentos.
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Mientras que, si para no dar pie a una acción militar multinacional en su contra, el régimen no ataca al convoy humanitario y le permite el ingreso desde Colombia, se debilitaría frente al gobierno proclamado por Guaidó y la Asamblea Nacional, que tendrán -en el ingreso de la asistencia humanitaria- su primer gran triunfo sobre la dictadura.
Las próximas horas, días y semanas son decisivas. Si el goteo de militares abandonando su respaldo a Maduro para apoyar a Guaidó se convierte en un torrente incontenible, el régimen se diluirá y sólo podrá negociar su salida a cambio de impunidad. A renglón seguido, la primera acción gubernamental de Guaidó y la Asamblea Nacional será el ingreso de la asistencia humanitaria.
Pero si en lugar de deserción torrencial, sigue habiendo un lento y escuálido goteo, el ingreso del convoy desde Colombia, escoltado por militares venezolanos exiliados por ser contrarios al régimen, sería el caballo de Troya que trasponga las murallas del régimen.