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Por Sergio Mabres. El Foro Económico Mundial (WEF) en Davos y la Feria Electrónica del Consumo (CES) en Las Vegas parecen dos eventos alejados de la consideración de los argentinos. Sin embargo, ambos dejaron el mismo gusto en la boca sobre la tecnología que viene.
Con este título grandilocuente se presentó en Davos las perspectivas de la robótica, incluyendo, por supuesto, los avances en inteligencia artificial, mientras que en CES se presentaron los nuevos robots basados en dos líneas opuestas de desarrollo. Por un lado, aquellos como Pepper y Alpha 2 que se venden como juguetes pequeños, bonitos e interactivos. Y por el otro, los grandes y peligrosos robots especializados en una tarea. Por caso, los cortadores de carne que podrían reemplazar en un furturo a los trabajadores de los frigoríficos.
Otro ejemplo, fueron los exoesqueletos y robots Segway que pueden trasladar a personas de un lugar a otro.
En Davos, los analistas explicaron que no sólo estamos viendo avances tecnológicos. También vivimos una verdadera revolución por la velocidad y la amplitud de los cambios, que anuncia una profunda transformación en los sistemas de producción, gestión y gobernanza de todas las industrias y de todos los países.
La disrupción es tan grande que el profesor y fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, sugirió: “Debemos desarrollar una visión integral y compartida a nivel mundial de cómo la tecnología está afectando nuestras vidas y reforma nuestros entornos económicos, sociales, culturales y humanos. Nunca ha habido un momento de mayor promesa, o mayor riesgo”.
La oportunidad es la automatización total de la producción y de los mecanismos de control, a bajo costo y en una escala nunca antes vista. El peligro es, sin dudas, el desempleo y el impacto en el medio ambiente de estos niveles de producción.
La industria automotriz podría ser la que experimente antes los cambios generados por la inteligencia artificial. Desde la asistencia al conductor en la forma de piloto automático (ya disponible en algunas marcas), hasta vehículos totalmente autónomos (autos-robot), que llegarán a través de Google, Faraday, Apple o Tesla. «Hasta ayer», ninguna de estas empresas estaba relacionada con la fabricación de automóviles.
En CES se presentaron también las pantallas flexibles, que facilitarán la creación de teléfonos adaptables a nuestro cuerpo. Estos dispositivos serán muy potentes. Algunos contarán con ocho procesadores y centenas de gigabytes de almacenamiento. Además, se les podrá conectar elementos externos tales como: monitores, mouses y teclados para cubrir las necesidades de información y comunicación de una persona.
Con el tiempo, estos nuevos teléfonos reemplazarán a las computadoras portátiles, potenciando en cada momento el desarrollo personal y profesional de cada persona. Será cada vez más fácil relacionarse y trabajar a distancia.
En Davos, Gary Coleman -CEO de Lloyds- señaló: “Para muchas personas, el teléfono inteligente es la primera y única computadora que tendrán”. Otros analistas, destacaron la importancia que le otorgan los países en desarrollo a los medios digitales y como contraste, el escepticismo con que se consumen sus noticias.
Las oportunidades son para los nuevos comunicadores, periodistas, músicos, artistas, performers y cineastas que pueden llegar directamente a la gente sin intermediarios ni concesiones. Los riesgos son todos para los medios tradicionales consolidados como diarios, revistas, televisión y radio.
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