Por María Eugenia Gimeno. Son muchos los colegas, amigos y familiares a los cuales encuentro en un estado de desazón, como apurados por ir, pero sin saber hacia dónde dirigirse. Una mezcla de incomodidad, desconcierto e ignorancia ante los cambios en el clima y la transición que provocan incertidumbre.

Incertidumbre antes los cambios en el clima y la transición. | Imagen publicada en ElColumnero.com

● Clima: hay dos realidades que nadie podría negar. Una, el clima ya no es el mismo y el efecto de la evolución cultural del hombre ha provocado el calentamiento de nuestro planeta, el cual se adapta cambiando sus ciclos y corrientes naturales. Esto provoca que ya no sepamos que va a pasar la próxima hora, si saldrá el sol o caerán rayos y centellas del cielo. Dos, el ambiente natural, cuya variable cambiante es el clima, ha influido e influirá en la evolución de todas las especies vivas, incluida la humana. Es por ello que la cultura cambia según el clima del país. No es lo mismo la idiosincrasia de la gente del Caribe que la de Escandinavia.

● Transición: los procesos de cierre y el comienzo de nuevos períodos, suelen encontrarnos haciendo balances y proyectos a la vez. Como si se cerrara una puerta y, al mismo tiempo, se abriera otra. El entusiasmo por comenzar nuevos proyectos se topa con la necesidad de conocer los recursos que disponemos, lo cual es difícil saber si aún ¡no terminamos el balance! El comienzo del año, los cambios gubernamentales, los ciclos electivos aún están en plena transición.

● Cambios: no podemos mantenernos al margen de los cambios institucionales, culturales y sociales. Somos seres socioculturales y nuestra vida forma parte del entramado de la propia historia como pueblo. Requiere de una gran capacidad de adaptación aprender nuevas formas y recuperar -en la acción- valores que solían ser comunes, pero que con el paso del tiempo se han ido olvidando.

Nuestro país acaba de concluir un camino y ha elegido otro, para continuar. En este marco, la fórmula «clima + transición + cambios» puede hacernos sentir un alto nivel de incertidumbre y ansiedad. Una combinación de miedo por aquello desconocido que puede venir, sumado a la falta de previsión. Es sabido que a los argentinos le falta «aprender el oficio» de planificar, sobre todo si se trata de planificar el futuro del país.

¿Será por esto que nunca tenemos paraguas cuando llueve, ni las aulas listas para recibir a nuestros alumnos?

Algún día aprenderemos.

María Eugenia Gimeno.
Bióloga.