Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Para muchos ya quedó atrás una de las peores semanas del año, por la incertidumbre electoral que disparó la virtual ruptura de la principal oposición política y por los malos datos sobre inflación y la disparada del dólar blue, señala mi nota en La Voz.
“Chocaron la calesita”, dijo un empresario militante de ese espacio, a la hora de graficar el abismo que se abrió entre Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri, quien es apoyado por Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal.
¿Qué puede pasar con los precios, el dólar y la actividad económica?
Orlando Ferreres recordó en el programa televisivo Los Turello que el equipo que asumió con Carlos Menem en 1989 tenía elaboradas 150 propuestas de shock, aunque la aplicación fue paulatina.
El desánimo por la crisis en Juntos por el Cambio ahondó el hartazgo social hacia la dirigencia partidaria.
En ese contexto, gana espacio Javier Milei, quien anuncia propuestas extremas y de dudosa aplicación. Pero gran parte de la sociedad no entra en discusiones técnicas.
El dato oficial de marzo -7,7%- más que duplica el pronóstico de Sergio Massa, quien había dicho que su objetivo era que en marzo y en abril la inflación estuviera entre 3% y 4%. La realidad le pegó un duro golpe.
Los precios no tienen freno: en marzo, acumularon una suba de 104,3% en los últimos 12 meses, la más alta en 30 años.
Las consultoras estiman que la de abril será casi un calco de la del mes anterior, por la disparada que registraron los alimentos en los primeros días.
Ferreres estima que para el año será de 118%, con un fuerte arrastre para los primeros meses del futuro Gobierno.
El Presidente se embarca todos los días en anuncios y comentarios intrascendentes -hasta criticó al FMI-, ya que las principales preocupaciones de la sociedad -la inflación y la inseguridad- no forman parte de los análisis tribuneros de Alberto Fernández.
Para corregir las incongruencias, Massa promete racionalidad ante las principales figuras del poder norteamericano e insiste por un auxilio financiero.
Mientras la tribuna de La Cámpora en Buenos Aires mantenía su discurso estatista y anti-FMI, el ministro de Economía sepultaba en Washington una de sus banderas: el desendeudamiento.
Argentina tomó U$S500 millones de un fondo saudí; 900 millones del Banco Mundial y 600 millones del BID. ¡Chau «desendeudamiento»!
El mes próximo, en su gira por China, Massa pedirá ampliar el swap, un intercambio de monedas en el comercio, pero que en realidad funciona como un préstamo.
Los discursos en las tribunas apenas sirven para mantener vivo el relato sobre el desendeudamiento y la igualdad social.
El desplome que prevé Ferreres del 4% está muy por encima del calculado en el relevamiento de expectativas de mercado (REM) del Banco Central, que prevé 2,7% en relación con 2022.
El dato más duro del análisis de Orlando Ferreres es que prevé una caída de la economía de 4% para este año.
El FMI fue, otra vez, más benevolente: estimó un crecimiento de 0,2%, es decir, un virtual estancamiento con alta inflación.
Mientras el gobierno de los Fernández sigue enredado en sus peleas internas, la oposición agranda la desilusión colectiva sobre qué sucederá a partir de diciembre y la decadencia se convierte en un dato cotidiano sobre la calidad de vida.
Mejor, dar la vuelta la página y olvidar la semana que pasó.