Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Eugenio Gimeno Balaguer. Diariamente cuando nos comunicamos influimos en los sentimientos y en el bienestar de los demás. Mediante un diálogo apropiado se pueden construir relaciones agradables y, en un instante, un comentario “fuera de lugar” o un simple gesto, pueden destruirlas. Esta es una realidad ineludible.
La responsabilidad del liderazgo institucional es impulsar que las personas generen una comunicación con absoluta honestidad, franqueza, integridad y mucho cuidado, pensando que una palabra, un gesto inapropiado bloquea la energía necesaria que la persona necesita para ser eficaz en su accionar.
Las personas que comprenden lo que se espera de ellas y se sienten valoradas como miembros legítimos de un grupo alcanzan comportamientos excelentes.
❝Un diálogo apropiado puede construir relaciones y una palabra/gesto inapropiada, puede destruirlas❞.
Una comunicación persuasiva, ya sea escrita u oral, seguirá siendo una de las aptitudes clave del liderazgo. Deberá incluir frases que lo ayuden a comunicar su pasión, su cuidado, su compromiso infalible y su firme creencia en lo que hace.
Se han realizado muchas investigaciones que muestran que todos hablamos con nosotros mismos y que generalmente del 80 al 90 por ciento de lo que nos decimos es negativo, se denomina “conversación negativa con uno mismo”, esto nos lleva naturalmente a rechazar o rebelarse contra cualquier palabra, dialogo o frase positiva que nos vincule.
Muchas veces los programas de perfeccionamiento no se ocupan de las cuestiones obvias, de lo sencillo, olvidan lo principal y “se comen el menú en lugar de la comida”. Son la energía, la pasión, la visión, el tomar en serio las paradojas y ambigüedades, el espíritu positivo, la flexibilidad, la paciencia, la dedicación, la honestidad e integridad, la pasta sobre la cual se puede moldear el resto de las cosas que hacen falta; pero sin esta pasta de base, el resto será tan frágil y efímero como una estela de humo en un día claro.
La práctica puede hacer que lo posible sea probable y que lo probable sea real, esta debería ser una meta de las relaciones cotidianas en toda organización.■