Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Eugenio Gimeno Balaguer. A través del “análisis del campo de fuerzas” se identifican las fuerzas (o factores) favorables o desfavorables para el cambio del «status quo». A partir de allí, se plantean una serie de estrategias hacia un nuevo estado de equilibrio. Todo esto, en el marco de un programa de gestión del cambio.
Los criterios para aplicar dicha metodología, en el desarrollo de una organización, parte de una base sustentada por dos premisas: la mayoría de los problemas tienen causas múltiples y el equilibrio (“status quo”) se debe a que las fuerzas impulsoras (favorables) o restrictivas (desfavorables) tienen comparativamente la misma intensidad. En consecuencia, si se conoce su naturaleza, se podrá influir en ellas.
❝Resulta más efectivo reducir las fuerzas restrictivas que aumentar las impulsoras❞.
La experiencia muestra que resulta más efectivo reducir las fuerzas restrictivas que aumentar las impulsoras. De lo contrario, se produciría una mayor tensión en el sistema organizacional.
La identificación de las verdaderas causas de los problemas, o situaciones, requiere de ciertos criterios metodológicos. Uno de ellos, es el propuesto por el economista y sociólogo italiano Vilfredo Pareto, quien en su teoría económica de la máxima eficiencia, o máxima “ofelimidad” para la sociedad, observa que en todo grupo de factores que influyen en un resultado, siempre se encontrarán unos que son vitales y otros, triviales. Según Pareto, en todos los casos, los factores vitales son pocos pero son más influyentes que los triviales.
Ley de pareto de Mario Duarte.
Por ejemplo, en una empresa, una proporción muy reducida del personal (20%) es la causante de la mayor parte de los conflictos (80%), accidentes o iniciativas. En lo que respecta a las decisiones tomadas, sólo un pequeño porcentaje produce el efecto deseado.
❝La falta de capacidad gerencial puede ser el factor vital que se opone a la solución❞.
En una organización con muchos problemas, la falta de capacidad gerencial puede ser el factor vital que se opone a la solución.
El principio de Pareto puede ser aplicado en el análisis de fuerzas para separar lo vital de lo trivial. Si se elabora una lista de factores y se ordenan según su importancia, se podrá observar que hay pocos factores vitales seguidos de muchos triviales.
Si no se trabaja sobre los factores vitales, no se puede pretender solucionar los problemas.
Desde luego cabe advertir que el criterio para distinguir los factores vitales de los triviales no es rígido y está condicionado por la coyuntura de cada organización. Sin embargo, el principio de Pareto seguirá siendo válido como desafío permanente de la gestión.