Por Eugenio Gimeno Balaguer. Nos tocó dirigir un estudio con los egresados de un MBA, en Barcelona, que incluyó, en un período de poco más de un año, analizar qué piensa la gente que significa el liderazgo en la realidad actual. Los 740 casos pertenecían a distintos niveles de las organizaciones seleccionadas (asociaciones, empresas y oficinas del sector público). Del trabajo, surgieron algunas características destacables de un nuevo perfil del líder.

El líder debe asumir valores, pero también saberlos comunicar y «comunicarse» con su gente | Foto: archivo Turello.com.ar

Aspectos

El estudio incluyó: 1) Identificación de las habilidades del liderazgo actual; 2) El sentido del liderazgo en la acción y 3) Qué deben hacer las organizaciones para mejorar el liderazgo. Lo más destacable de los resultados son las estrategias en que se centran hoy los liderazgos exitosos, que se sintetizan en:

• Creación de un futuro atractivo;
• Incorporar al cliente (o al ciudadano en el sector público) en la conducción de la organización, por ejemplo, con información para la toma de decisiones;
• Énfasis en los procesos interdepartamentales, con un enfoque sistémico y vincular;
• Generar autorresponsabilidad (superando el paradigma de motivar) en los integrantes de la organización, y
• Construir credibilidad en encuentros personales de comunicación.

Visión, focalización y dirección fueron las palabras más pronunciadas; y compromiso, pasión y comunicación las habilidades más requeridas.

Frutos

Algunas de las conclusiones de este trabajo final -a nivel de MBA- fueron brindadas a varias universidades en Catalunya para que tomen en cuenta, en el rediseño de sus programas, las competencias requeridas. Esto permitirá la formación de los futuros graduados con el objetivo que se conviertan en auténticos líderes, porque en uno de los enunciados de la síntesis se dice que “estas competencias son lo que la gente piensa que hace un líder”.
Mencionamos algunas de ellas:

• Crear o compartir una visión;
• Anticipar y conducir el cambio; focalizarse en el cliente;
• Tratar con personas, no con recursos
• Compartir información;
• Tomar decisiones;
  Gerenciar procesos; Demostrar habilidades técnicas;
• Administrar el tiempo;
• Manejar emociones;
• Demostrar ética profesional;
• Asumir responsabilidades;
• Ser creíbles demostrando coherencia entre el decir y el hacer;
• Mostrar compasión, y
• Tomar la iniciativa.

En el anexo del trabajo, que tiene casi dos mil hojas incluyendo las encuestas personales realizadas, es conveniente resaltar algunas cosas. Por caso, en el tema visión, al interrogar sobre prácticas efectivas en la creación de un futuro atractivo desde el nivel gerencial, una respuesta fue: “Llegué a creer que no era posible hacerlo sin mí”. Esto implica que, en este caso, el líder logró un valor agregado fundamental: la pertenencia y el compromiso de la persona.

Todas las entrevistas dejan algo que impacta sobre lo inesperado de la gente que no está acostumbrada a ser tratada como tal, sino como un engranaje más de la organización. En las entrevistas referidas al tema comunicación, una respuesta a la experiencia fue: “Me hizo respetarla más como líder, además alcancé a visualizar todo el proyecto y como encajaba mi parte”. El encuestador escribió como reflexión: “Esto es importante para ejecutivos y gerentes tan ocupados en temas estratégicos que no tienen tiempo para comunicarse cara a cara con sus empleados; es claro que en estas interacciones personales se pueden conocer mutuamente y sobre esta base, decidir el compromiso”.

A veces las palabras se desgastan por un mal uso. Si queremos que tengan el vigor que otrora les otorgamos, es necesario re-significarlas y que la acción lo demuestre. Aquí hay algunas ideas para ello.

Columnista Invitado

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