Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Luego de una jornada histórica, Hacemos por Córdoba se consolidó como la fuerza líder de la provincia y de la ciudad de Córdoba, al lograr que -en un mismo día- Juan Schiaretti fuera reelegido para un tercer mandato como gobernador y Martín Llaryora fuera consagrado como el primer intendente peronista de la capital cordobesa desde 1973.
Schiaretti alcanzó el 54% de los votos, por encima del máximo apoyo logrado por el peronismo con José Manuel De la Sota en 2003, cuando obtuvo el 51,8% de los sufragios. La diferencia entre el primero y el segundo fue la más grande que se haya conocido en una elección en Córdoba. Su discurso tuvo un fuerte impacto a nivel nacional.
A continuación, cinco claves que explican el resultado.
1] Triunfo histórico basado en la gestión. El apoyo logrado por Schiaretti, que en varias poblaciones superó el 60%, se justifica en la gestión ordenada en la Provincia en épocas de déficit fiscal y problemas en la administración pública; en la impresionante obra pública desarrollada en la capital cordobesa (avenida de Circunvalación y cloacas) y en las principales ciudades del interior (gasoductos troncales, rutas y puentes), y en un gobierno sin confrontaciones. Al final, la mayor parte de los votos kirchneristas -que no presentó candidatos- fueron en respaldo del actual gobernador, como un «castigo» a la gestión de Mauricio Macri. Además, la muerte de José Manuel De la Sota lo convirtió en el jefe indiscutido del PJ cordobés.
2] La división de Cambiemos. A la opción que planteó Schiaretti, se presentó una oposición dividida a partir del quiebre de Cambiemos en las figuras de Mario Negri y Ramón Mestre. Ambos terminaron masticando la derrota en bunkers separados. Además, Mestre cometió el error de unir la fecha de la elección de intendente de la Capital con la de gobernador. La imagen del actual intendente era altamente negativa entre los cordobeses, ya que en la ciudad donde gobernó ocho años apenas logró el respaldo de casi el 11% del electorado. La propuesta que se presentó para enfrentar «20 años de peronismo», que fue el slogan inicial, no entusiasmó al resto de los votantes.
3] La boleta ayuda. Aunque muy lejos de las prácticas del pasado con la boleta sábana, la Boleta Única de Sufragio (BUS) terminó ayudando al oficialismo, ya que la introducción de la primera columna con la foto de los candidatos, favoreció más a Schiaretti que al resto de los 11 postulantes. La pequeña tipografía empujó a muchos votantes a optar por la primera columna (voto completo), que ayudó, por ejemplo, a la elección de numerosos intendentes del PJ en el interior. No obstante, el corte de votos se sintió: hubo casi 100 mil sufragios de diferencia entre Schiaretti y Llaryora. A favor de la BUS, la velocidad del escrutinio.
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4] Ni con Macri ni con Cristina. En su discurso, el reelecto gobernador volvió a marcar diferencias con Cristina Kirchner al sostener que su propuesta nacional era por «peronismo federal y republicano», en un claro apoyo a Alternativa Federal. Si bien salvó al Presidente de otro papelón electoral -la octava elección provincial que pierde el macrismo- al sostener que «esta es una elección provincial» y que «una persona puede votar a un intendente, a un gobernador y a un presidente de distintos partidos», cuestionó el eje de la política económica de Macri. «El único que garantiza el derrame es el Estado; no es el mercado», sostuvo al defender las políticas sociales que llevó adelante la administración provincial. Además, sostuvo que “la grieta le hace daño al país”. Y se manifestó partidario de pagar los compromisos de la deuda. «Córdoba no ha entrado en default nunca, y siempre ha pagado sus compromisos aún en las peores épocas de crisis», enfatizó.
5] Proyección nacional. El triunfo aplastante lo proyecta a Schiaretti a la escena nacional, en la que -más que un líder carismático- conquista por su racionalidad para enfrentar los desafíos económicos y su fama de gestor. Fue secretario de Industria durante la primera gestión de Carlos Menem, en la que llevó adelante las negociaciones para facilitar el Mercosur en el sector automotor. Habrá que ver el papel que jugará ahora en la política nacional: ¿ordenador y elector de Alternativa Federal?, ¿precandidato a la Presidencia? ¿miembro de una fórmula gubernamental? Por lo pronto, en Córdoba lo esperan varios desafíos en el terreno económico, con fuertes caídas en la industria metalúrgica y en el comercio, con su impacto en las cuentas públicas.
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