Junto a las señales positivas de la economía en las últimas semanas, en especial, en el mercado...
Por Juan Turello. El buen momento de la Argentina en los mercados financieros y las palabras de...
El Grupo Sancor Seguros fue nuevamente protagonista en los Premios Prestigio al lograr...
Suscribite al canal de Los Turello.
Donald Trump, candidato del Partido Republicano, se impuso esta madrugada en los comicios y reemplazará en la presidencia de los Estados Unidos al actual mandatario, Barack Obama, desde el 20 de enero próximo. La reñida elección no permitía a las 02 de esta madrugada (hora de la Argentina) dar un ganador definitivo.
Pese a que las encuestas previas aludían a un triunfo de Hillary Clinton, por un margen ajustado –entre 3 y 4%-, el resultado era adverso para la agrupación oficialista. Las bolsas, que habían registrado en las últimas horas fuertes subas por un posible triunfo de la candidata demócrata, anticipaban a esa hora fuertes pérdidas. La de Tokio se desplomaba casi 2,5% y los futuros del Dow Jones (que operan por anticipado a la apertura de la de Nueva York) perdían más de 800 puntos (4,3%), al igual que el índice S&P y el Nadasq. Los del petróleo también caían más de 4%. El peso mejicano se devaluaba 8,5%, la mayor caída en 20 años. Qué pasó.
El sistema en Estados Unidos es indirecto. El ganador de cada Estado (provincias en la Argentina) se lleva la totalidad de los integrantes para el Colegio Electoral, aunque el triunfo sea por sólo un voto. Se necesitan 270 representantes para ser elegido presidente. Al cierre de esta edición, Trump obtenía 244 delegados, contra 209 de Hillary Clinton. En votos absolutos, la ventaja era de unos 2,2 millones de sufragios.
La primera sorpresa la aportó Florida, donde Trump ganó prácticamente en todos los condados, salvo los de Miami y los del área del sur. Ohio, otro Estado clave por el número de representantes, también fue ganado por Trump.
Los analistas interpretaron que la fuerte corriente de votos hacían Trump obedecía al descontento de amplias capas sociales sobre la marcha de la economía. Miles de familias de la clase media norteamericana se habían empobrecido durante la llamada “crisis de las subprime” (hipotecas), en tanto el número de trabajadores industriales se había reducido por las importaciones de productos desde China y México.
El voto hacia Trump era un «voto contra Washington» (la clase política) y «contra Wall Street» (los sectores financieros), a quienes se adjudican los problemas del país.
El candidato republicano hizo campaña prometiendo expulsar a los inmigrantes ilegales, que supuestamente “se han quedado con el trabajo de los norteamericanos”, y con imponer fuertes aranceles para la importación de productos chinos y mejicanos. La idea sería proteger a la industria local, aunque estas medidas podrían generar más inflación en el corto plazo.
Esto llevaría a la Reserva Federal a incrementar las tasas de interés, con lo cual el dinero se encarecería y afectaría el clima de negocios en el mundo.
Estas medidas no serían favorables para la Argentina.
Lea también:
» 4/11/2016 | ¿Y si gana Trump?
Trump simboliza el cierre de los mercados y el inicio de una guerra económica contra China, que podría descargar el exceso de su producción en otros mercados (la Argentina por caso) a precios subsidiados. Además, el candidato republicano había anunciado una mayor beligerancia contra los enemigos militares de Estados Unidos (el Estado Islámico y el terrorismo internacional).
Al cierre de esta edición, Trump había ganado los estados clave de Ohio y Florida, aunque restaban conocerse los resultados de la costa Oeste, que podría emparejar la situación en favor de Hillary Clinton, sindicada, por contrapartida, como una sucesora de las políticas de Obama.