Por Juan Turello. Sergio Massa, el ganador que sorprendió en la primera vuelta de las elecciones generales, es imperturbable en público (no tiene raptos de ira como su rival para el balotaje, Javier Milei), pero, pese a sus promesas, algo no está funcionando bien en la economía, señala mi nota en La Voz.
Los ejemplos sobran: el más palpable es la falta de combustibles en estaciones de servicio del interior del país, que se extendió a la Ciudad de Buenos Aires y al conurbano bonaerense, lo que obligó a la Secretaría de Energía a intervenir de urgencia y prometer que esta semana se normalizará la provisión.
Los agricultores advierten que está faltando gasoil en el cinturón productivo. Es el sector que aportará divisas para el año próximo, fenómeno del “Niño” mediante.
La sequía de la última campaña, más la merma de las exportaciones agroindustriales, restó 20 mil millones de dólares al país.
El sitio informativo Bloomberg señaló que había tres barcos cargados de combustible que no se despachaban a puerto; los vendedores querían ver primero los billetes.
Finalmente, las petroleras lograron que Energía libere los dólares para que 10 barcos descarguen combustibles en los próximos días.
Las compañías quieren un aumento, luego de que el próximo martes cese el congelamiento dispuesto por Massa. El parche del ministro fijó un alza del 60% en nueves meses, mientras que la inflación se duplicó en ese período.
Los dólares también faltan para el ingreso de insumos para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares. “La situación es muy delicada”, asegura el médico cordobés Guillermo Garelli, vicepresidente del Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares y Endovasculares.
Algo no funciona para quienes tienen problemas auditivos. Según referentes del sector, faltan 6.000 audífonos para las necesidades de los pacientes.
Las carencias en el sector de la salud se multiplican en todas las especialidades.
El último conejo que Massa sacó de la galera es la posibilidad de que los exportadores liquiden 30% de sus ventas por el canal del contado con liquidación (CCL).
La operatoria sirve para descomprimir esa cotización. En las arcas del Banco Central, el ingreso es a cuentagotas.
Las presiones del equipo del ministro-candidato sobre el Mercado de Cañuelas -referente de los precios de la hacienda- no dieron resultados.
La carne aumentó en promedio más del 20% en el mostrador en los últimos días.
El intento de la Secretaría de Comercio de fijar una suba de 5% en los Precios Justos de noviembre choca con los datos de una inflación por encima del 12% en los dos últimos meses.
Los Precios Justos prácticamente no se consiguen en los supermercados de Córdoba. Los faltantes en las góndolas se cubren con papel higiénico, papel servilleta u otros productos.
El ítem más notable es el de la botella retornable de mayor tamaño de una gaseosa baja en calorías, que es muy demandada. No se consigue en los grandes locales, sin embargo, los kioscos y almacenes la tienen.
Para la embotelladora, rinde más venderla fuera del programa oficial, que a los valores fijados por Matías Tombolini.
Los industriales cordobeses ya imaginan que una probable gestión presidencial de Massa, quien hoy está al frente de las encuestas, sería un statu quo de la actual coyuntura, con pocos cambios.
“Se viene un capitalismo de amigos”, dice un fabricante, quien conoce el trajín por los pasillos oficiales.
Admite, a la vez, que la propuesta de dolarización de Javier Milei dejaría fuera de competencia a gran parte de la producción local, por la falta de competitividad con base en la carga tributaria.
“Nos saldría más barato traer el auto de Francia, que producirlo acá”, admite uno de los directivos de una de las marcas líderes.
Algo no está funcionando bien en la economía, más allá de los múltiples planes lanzados por el ministro-candidato, quien exhibió en la campaña la virtud de no hablar de la inflación ni de la decadencia de los últimos cuatro años.