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Por Claudio Fantini. Una de las preguntas inquietantes de las declaraciones de esta ola de arrepentidos, es si alcanzará a Franco Macri. El padre del presidente no quería que su hijo sea candidato a presidente. En rigor, no quería que sea presidente. Dijo públicamente que se inclinaba por el kirchnerismo para que continuara en el gobierno.
Esa posición insólita, tratándose de su propio hijo, es posible que encuentre su explicación en este dominó de grandes empresarios que están confesando sus negociados con Néstor Kirchner, primero, y después con su viuda, Cristina Kirchner.
O bien por el Belgrano Cargas o por otras empresas y funciones asumidas, por caso en las relaciones con China, lo más lógico es imaginar que Franco Macri no estaba al margen del sistema de sobornos o “retornos” que existió desde antes del kirchnerismo, pero que durante la década K llegó a niveles insólitos, que baten récords internacionales de corrupción.
Si el sismo anticorrupción no golpea a su propio padre, la gestión de Mauricio Macri habrá dejado una marca que lo distinguirá en la historia argentina.
Con Mauricio Macri jugando en el escenario político, con la obvia intención de llegar a competir por la presidencia, para Néstor y Cristina involucrar a Franco Macri habrá adquirido incluso un alto valor estratégico. Su padre sería una suerte de rehén que sus adversarios utilizarían para condicionarlo cuando lo creyeran conveniente.
Esa debe haber sido la razón por la que Franco Macri hizo lo que pudo para disuadir a su hijo de buscar la Presidencia. La pregunta que va creciendo en la medida en que se acrecienta el número de empresarios arrepentidos, es qué hará el presidente cuando el escándalo golpee la puerta de su padre.
Franco Macri no está en condiciones psicológicas de presentarse como arrepentido. Pero la fragilidad de su salud y el deterioro de su mente, no son un impedimento para que otros responsables de sus empresas puedan revelar relaciones impropias con el anterior Gobierno.
Aunque parezca lo contrario, siendo archiconocido que las empresas del grupo Macri han sido parte de lo que los argentinos desde hace mucho tiempo llaman “la patria contratista”, que el padre del presidente caiga en la volteada no afectará negativamente su imagen, sino todo lo contrario.
De momento, no parece ser la economía la que dará a Mauricio Macri un capítulo exitoso en la historia argentina. Pero si el sismo anticorrupción no golpea a su propio padre, la gestión del actual presidente habrá dejado una marca que lo distinguirá.
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