Por Eugenio Gimeno Balager. Los primeros días de noviembre del año pasado adelantamos la herencia que encontraría Macri si llegaba a la Presidencia. Los hechos confirman la información publicada en ese entonces, en relación al déficit y los ajustes necesarios.

Se necesitan decisiones a partir de amplios consensos para no volver a empezar con cada cambio | Imagen: AltoNivel.com.mx

Es fácil desencantarse si no se consideran las causas que transforman a la realidad. Es difícil construir sobre cimientos sólidos que garanticen que las experiencias buenas no sean un espejismo, el que desaparece al acercarse y que en su lugar,  muestren la realidad oculta por apariencias sin sustento.

❝En Argentina da la sensación que cada intento de cambio real implica volver a empezar❞,

En Argentina da la sensación que cada intento de cambio real implica volver a empezar. Al parecer nunca se hace lo necesario para lograr bases firmes y continuar. La plataforma de lanzamiento no aguanta, no sostiene, flaquea y muestra sus debilidades.

La mirada de los dirigentes

La realidad no cambia fácilmente, lo que cambia es la mirada sobre ella. Esa visión es la que fija las prioridades ante los siempre escasos recursos. Se avanza cuando hay consensos y, por el contrario, se retrocede cuando se visualizan mundos distintos. El conflicto aparece cuando cada uno intenta imponer su visión.

❝Si se generan amplios consensos y se tiene presente que lo vivido es el resultado de las decisiones tomadas, no tendremos que volver a empezar con cada cambio❞.

Es necesario buscar, aun en situaciones disímiles, visiones compartidas con intereses comunes, lo que vulgarmente se conoce como lograr consensos y comprometernos con ellos. En la medida que esos consensos sean cada vez más amplios y se tenga presente que lo vivido es el resultado de las decisiones tomadas, no tendremos que volver a empezar con cada cambio.

A veces ocurre lo mismo en las empresas, y en la vida personal. Si bien el trabajo en equipo es mencionado continuamente, no es fácil lograrlo. Sucede que la vida es una constante búsqueda del equilibrio que se pierde por frecuentes «inestabilidades». Al decir “esto ya lo vivimos” -desequilibrio- parece inevitable un continuo volver a empezar –o la búsqueda de un nuevo equilibrio- .

Ojalá que este nuevo comienzo desarrolle bases sólidas que permitan construir un futuro, en el que el equilibrio sea un signo de una sociedad mejor, como consecuencia de los consensos compartidos.

Columnista Invitado

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