Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Eugenio Gimeno Balaguer. La ❝tormenta de ideas❞ o brainstorming, en inglés, consiste en reunir a un grupo de personas, para generar ideas con distintos objetivos: resolver un problema, tomar una decisión, crear una propuesta, entre otros. En esa reunión, los participantes presentan todas las ideas que se les ocurren y un miembro del equipo las registra. Como regla general, no se debe ignorar ninguna de ellas. Finalizada la ❝tormenta❞, las diversas sugerencias son evaluadas y el grupo decide por una o por algunas.
Esta técnica -si bien parece simple- encierra una gran dificultad: a todos nos cuesta dejar de criticar las ideas de los demás… e incluso las nuestras! El primer ❝impulso❞ que tenemos, es buscar sus puntos débiles. Cuando nos presentan una idea, una de las primeras cosas que decimos es, ❝sí, pero…❞. Siempre tenemos una observación o encontramos un problema. Esta conducta afecta negativamente a la tormenta de ideas, porque en ella lo esencial es generar gran cantidad de ideas y no evaluar su calidad.
Para controlar nuestro impulso crítico y poder generar muchas ideas, necesitamos:
Esas tres condiciones son la condición del ❝espíritu de comunidad❞, o ❝común unión❞ en la construcción de argumentos. Para que el proceso creativo sea genuino, es fundamental decir aquello que pensamos, aunque nuestras ideas sean controversiales.
Esto preserva la apertura, la sinceridad, la independencia de criterios, la tolerancia y la igualdad. En una reunión realizada bajo un espíritu de verdadera comunidad, el grupo capitaliza toda la creatividad de sus miembros y las posibilidades que se generen de las relaciones entre ellos, logrando una verdadera ❝abundancia de pensamiento❞ y así capitalizando los frutos de la tormenta.